Iosu Murgia
KOLABORAZIOA

¿Cómo comenzará el curso escolar?

La consejería de Educación del Gobierno Vasco contempla diversas fases pero en ninguna de ellas se valoraba la necesidad de contratar más profesorado. ¿Cómo piensan entonces garantizar la educación universal de manera igualitaria si hay repunte de coronavirus en clases con más de 20 alumnos y alumnas y un profesor o profesora?

Una posibilidad es que las clases sean presenciales o no presenciales (desde casa con un ordenador). Pero, ¿qué pasa con la conciliación familiar-laboral? ¿Y si trabajan aita y ama? Los que tengan dinero podrán pagar alguien que cuide de niños y niñas, pero ¿que pasa con las clases sociales medias y bajas, las familias monoparentales? ¿Tienen que dejar sus trabajos? Un Gobierno que apueste por esta solución acrecentará las desigualdades sociales perjudicando a las familias más pobres.

Otra posibilidad es ir a clase con mascarilla. Esto sería desastroso para el crecimiento sano y saludable de nuestros hijos e hijas. Es obvio que sería insano y perjudicial que niños y niñas en proceso de crecimiento (pulmones, huesos, músculos…) estuvieran más de 6 horas diarias respirando con una mascarilla. Si se diese este caso me haría insumiso y abogaría por no llevar a nuestros hijos e hijas a la escuela.

Tercera posibilidad, suspender el curso y no ir de nuevo a clase. Tanto la ONU como la OMS aseguran que esto perjudicaría a toda una generación de niños y niñas.

En resumen, ¿cómo solucionar este asunto? Garantizar una muy buena limpieza del colegio y del alumnado al entrar y salir de clase. Asegurar el respeto de las distancias de seguridad que aconseja el sistema sanitario (1,5 o 2 metros). Para ello los pupitres podrían separarse con una lámina trasparente –como han hecho en el Parlamento Vasco– y habilitar espacios en las clases para asegurar esa distancia de seguridad.

En clases de más de 20 personas esto es muy difícil si se mantienen las ratios de profesorado actuales. Es imprescindible habilitar nuevas aulas escolares y contratar más profesorado, de manera que las ratios sean como máximo de 20 alumnos o alumnas por profesor o profesora y no 25 o 30.

La responsabilidad de este asunto no puede recaer ni en los niños y niñas, ni en las familias, y mucho menos en las más desfavorecidas. La responsabilidad es del Gobierno Vasco y de su gestión del dinero público.