Raimundo Fitero
DE REOJO

Del todo

Me asomo a la barandilla de mis buenas voluntades y descubro que casi nadie navega por esos vericuetos donde la sospecha se arrodilla frente a la esperanza. Estamos ante el casi todo, que es una manera indescriptible de descubrir que casi nadie sabe nada de casi nada. No mires más en los posos del café, ni creas que el horóscopo es una versión libre de tu destino. Acostúmbrate a convivir con la meditación intrascendental, porque vienen curvas sin peraltar que no habitan ni las chicas, ni las grandes ni las medianas. Así que es asombroso que, para escapar de los picores de las ladillas, algunos seres humanos provoquen en sus genitales tormentas de electrodos condensados o se afeiten con la hoz para pedir la intervención del chamán de su secta.

Sin solución: Trump está afectado de coronavirus. Está, en teoría, confinado con su esposa, ese cuerpo labrado en plastilina que siempre le sigue pegado a su mala sombra. Es una noticia que provoca tanta sensación que abre en cada cual sus peores compuertas que llevan a sus pensamientos más asombrosos. ¿Es verdad o es una estrategia electoral más? El maleficio de los imbéciles: Boris Johnson, Bolsonaro y ahora Trump. Lo del error histórico que ha convertido Madrid en una secuencia alterada de una patología, Isabel Díaz Ayuso, aseguró que pasó el coronavirus, que le sirvió para tirarse unos meses en unos apartamentos de lujo a costa del presupuesto.

El todo redondo en su posibilidad absoluta de significancia metodológica de verdad sería que Trump fuera derrotado por la covid-19, al igual que más de doscientos mil de sus compatriotas o que le dejara inhabilitado para seguir su campaña y fuera excluido como candidato a la presidencia. Mientras tanto esperemos los efectos de esta posible fake news en los resultados de la bonoloto.