Un inicio entre tinieblas
La Liga Iberdrola arranca este fin de semana con tres equipos vascos, un agujero negro y la eterna lucha entre clubes y Federación.
«Tenemos una Primera Iberdrola de ensueño», aseguraba hace un par de días María Tato, nueva Directora del departamento de fútbol femenino de la Federación Española, tras dejar su puesto en la Junta directiva del Athletic. Es posible que tenga razón pero también es posible que casi nadie pueda comprobarlo.
Porque tras mucha espera, la Primera femenina echa a andar hoy pero lo hace entre tinieblas. La mayoría de los partidos, al menos hasta 2021, se disputará a puerta cerrada y casi todos lo harán sin cámaras de televisión. De momento sólo se ha asegurado la retransmisión de 20 de los 306 encuentros que componen la Liga, gracias al acuerdo entre Teledeporte y la Federación Española. Serán los que enfrenten entre sí a Athletic, Barcelona, Real Madrid, Madrid y Santa Teresa, los clubes de Primera no adscritos a la ACFF, que intenta hacer valer su acuerdo con Mediapro frente a la oposición de la RFEF para no dejar a oscuras sus partidos.
Al menos muchos ya han conseguido uno de sus objetivos, el Real Madrid-Barcelona será televisado mañana. La visibilidad se reserva de momento para el agujero negro mediático con el que amenaza en convertirse el club merengue con su irrupción en el fútbol masculino, y a su duelo con el Barcelona. Y el fútbol femenino en el Estado español amenaza de esa manera con seguir los pasos del masculino, reduciéndolo todo a un eterno «clásico», mientras en Ligas como la inglesa, el dinero, las estrellas y la atención se reparten, para favor del deporte y la emoción competitiva.
En definitiva, que a nuevos tiempos, viejos males. Y alguno nuevo también, como la pandemia a la que el fútbol, evidentemente, no es inmune. Las consecuencias son variadas, desde los protocolos que deben seguir los equipos, hasta la apertura restringida de algunos estadios, pasando por la propia competición: tras una temporada sin descensos pero con ascensos, la Liga arranca con 18 equipos y un calendario maratoniano que se extiende hasta junio. Además, habrá cuatro descensos y si la Liga se debe suspender con la primera vuelta ya disputada, se tomará la clasificación como definitiva para decidir títulos, billetes europeos y descensos.
Si a todo eso se le une que esta vez serán tres los equipos que se clasifiquen para la Champions League, cada partido multiplica su importancia, tal y como subraya Garbiñe Etxeberria, Directora de fútbol de la Real. «Creo que se va a notar. No vale especular y regular porque la Liga puede parar en cualquier momento y eso le va a dar mucho peso a cada partido», asegura.
En esas circunstancias, habrá que ver quién aguanta. Porque las pretemporadas arrancaron en julio, la Liga acabará en junio, hay cuatro jornadas más y faltan la Copa y, para algunos, la Copa del curso pasado y la Supercopa. «Hemos dado mucha importancia al físico –reconoce Ion Zabaleta, responsable deportivo de un Eibar que regresa a una Primera mucho más exigente que la Superliga en la que militó hace una década–. Es una Liga muy larga, muchos partidos... y el ritmo al que se juega».
Cada vez mayor, como es creciente el nivel deportivo del torneo. «Cada temporada es más difícil», concede Joseba Agirre, Director deportivo de un Athletic que se apunta al habitual «nuestras expectativas son competir en cada partido» pero también habla de objetivos más concretos. Sobre todo la posibilidad de jugar la final de Copa, que «es lo que más me seduce. Y a largo plazo, intentar pelear por el tercer puesto», asegura. Es «difícil» pero «posible», al menos «si tenemos suerte con las lesiones. Si físicamente estamos bien y tenemos a las jugadoras disponibles, podemos estar ahí arriba».
Una ilusión a la que no es inmune la Real, aunque Etxeberria opta por un mensaje más templado: «Nuestro objetivo siempre es el mismo, mejorar lo conseguido hasta ahora. Tanto en resultados como en juego, en ser más regulares y en dar ese paso adelante en los partidos complicados, ante los equipos que en teoría son superiores a nosotros». Para el Eibar, lógicamente, la pancarta de meta está en la permanencia, que perseguirán «con la misma idea de fútbol que nos ha traído aquí. Mantenemos el bloque y la pretemporada tan larga por lo menos nos ha servido para que los refuerzos interioricen el concepto de fútbol de este equipo».
Dos bloques y un proyecto renovado
El Eibar mantiene el bloque que ascendió, empezando por el técnico Iker Dorronsoro, aunque no han faltado los fichajes para un equipo «modesto dentro de la categoría pero ante el que los rivales tendrán que demostrar que son superiores si quieren ganar», asegura Zabaleta.
Sin Ainhoa, Oroz y Damaris, al Athletic han llegado Istillart, Amaia Peña... y las jóvenes. «Te mentiría si te dijera que no nos gustaría tener a más jugadoras pero no todo depende de lo que queremos. Y en nuestra filosofía está también nuestra riqueza, creo que lo comprobamos continuamente», asegura Agirre.
Bastante más se ha reforzado la Real, que mantiene a Nahikari y estrena proyecto a las órdenes de Natalia Arroyo. «Siempre tienes la incógnita pero estamos satisfechos. Hemos mantenido el bloque con refuerzos que nos dan un plus», se felicita Etxeberria.A.U.L.