Macron ordena otro confinamiento para tratar de retomar el control
Emmanuel Macron, el presidente que en julio aseguró que el sistema sanitario podría hacer frente a una segunda ola y que hace solo unos días aseveró que tenía «planes más inteligentes» que un confinamiento, anunció anoche a la ciudadanía del Hexagóno que solo podrá salir para actividades esenciales de su casa desde el próximo viernes.
Emmanuel Macron, el mandatario que hace unos días aseguraba tener «planes más inteligentes» que decretar un confina- miento, anunció anoche a los ciudadanos del Hexágono que durante el próximo mes deberán pasar el máximo de tiempo posible en su domicilio y reducir fuertemente la vida social.
Desde el viernes y hasta el 1 de diciembre estará en vigor un confinamiento general que Macron defendió como una medida de choque indispensable para tratar de poner bajo control a una pandemia que amenaza con situar, en dos semanas, a los hospitales ante el pico máximo alcanzado el 16 de marzo, antes de primer confinamiento.
La decisión fue anunciada en una alocución televisiva, al final de dos jornadas de reuniones con grupos políticos y debates ministeriales, y a unas horas de que el primer ministro, Jean Castex, acuda al Parlamento, donde le tocará hacer frente, sin duda, a la fuerte incomprensión que despierta una medida que, no por esperada, resulta más sencilla de asumir.
Desde que el domingo los contagios por covid-19 superaran la barrera de los 50.000 casos, y de que un día después el presidente del consejo científico, Jean-François Delfraissy, hiciera saltar por los aires ese conteo oficial asegurando que la cifra real de casos diarios sería más bien de 100.000, se encendieron todas las luces de alarma.
En las siguientes horas, las idas y venidas en los despachos y la aparición de ministros en los medios para remachar el mensaje sobre lo inevitable de adoptar «medidas difíciles» despejaron el camino a la alocución del presidente galo, en un formato televisivo que devuelve a la memoria sus prédicas a través de la pequeña pantalla que marcaron aquellos 56 días del primer confinamiento.
En esa memoria catódica queda marcada su intervención del 14 de julio, en modo de entrevista, cuando, en plena euforia por la desescalada, aseguró que, de producirse una segunda ola el sistema sanitario estaría preparado, sin atisbo de duda, para hacerle frente. Una afirmación, como tantas otras, carente de valor, y que perseguía ayer a los manager de las redes sociales de Presidencia y Gobierno francés.
Macron defendió anoche, pese a todo, su estrategia, se consoló afirmando que en otros estados europeos también están mal, y remarcó como «novedades fundamentales» respecto al confinamiento de marzo que, en este nuevo encierro, las escuelas seguirán abiertas y habrá visitas en las residencias.
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El Gobierno francés decretó, el 16 de octubre, el toque de queda en París, su región y otras 8 grandes metrópolis del país.
El 24 de octubre esa medida se amplió a más de 50 departamentos y otros entes administrativos hasta alcanzar a dos tercios de la población, es decir, a 40 millones de personas.
Dando un paso hacia adelante o hacia atrás, según se mire, Macron se decanta ahora por un nuevo confinamiento, de momento de cuatro semanas, y con algo más de apertura, para escolares y ancianos, pero con el hándicap mayor de la pérdida de credibilidad que acarrea que nadie pueda tener la más mínima garantía de que esa será la última de una larga, tardía y dramática cadena de restricciones justificadas por la covid-19.
Baionako erietxea bere zerbitzuak egokitzeko bidean
Baionako erietxeak «plan zuria» indarrean eman zuen herenegun, covid-19ari aurre egiteko langile zein ekipamendu aldetik baliabide gehiago eskuratu ahal izateko. Akitania Berria eskualdeko osasun agentziak (ARS) urriaren 27an eman zituen azkeneko datuen arabera, 23 pertsona zeuden egun horretan Baionako Euskal Kostaldeko ospitalean; bi, Donapaleun, eta bat, Donibane Lohizunen. Atzo, Ipar Euskal Herrian orotara 34 lagun ziren erietxean covid-19ak jota.
Michel Glanes Baionako Euskal Kostaldeko ospitaleko zuzendariak atzo azaldu zuenez, plan horrek barne mailako zerbitzuak berrantolatzea ahalbidetuko du. Hala, covid-19a izan arren larri ez diren gaixoak zaintzeko orain 18 ohe direnean, 27 jartzea aurreikusten dute. Era berean, 15 erreanimazio ohe izatetik 20 izatera pasatuko direla azaldu zuen Glanesek, euskal lurraldean «birusa azkarki zabaltzen ari dela» ohartaraziz. Epidemia hasi zenetik 263 gaixo artatu dituzte Baionako erietxean; horietatik 18 hil dira. M.U.