Huida hacia adelante de la Junta Directiva que preside Aitor Elizegi. Cuando parecía que los tres puntos logrados ante el Elche iban a servir para recuperar cierta tranquilidad y afrontar un calendario de lo más exigente, el club comunicó de manera sorprendente la «sustitución» de Gaizka Garitano menos de dos horas después de acabar el partido contra el Elche.

Parte de la directiva del Athletic llevaba tiempo reclamando el cese del entrenador y filtrando las reuniones sobre su continuidad. Sin embargo, el presidente Aitor Elizegi y el director deportivo Rafa Alkorta defendían su labor en los medios. Garitano se había acostumbrado a vivir en el alambre, aunque su crédito estaba ya agotado para muchos aficionados.

A pesar de las críticas que ha recibido durante esta campaña, al técnico de Derio siempre se le recordará el buen trabajo que hizo cuando cogió al equipo en descenso tras la destitución de Berizzo en diciembre de 2018. Dotó al Athletic de una competitividad y seguridad defensiva con la que casi logra entrar en Europa. Le faltó encontrar una fórmula para revitalizar el juego de ataque tras la pérdida de protagonismo de Aritz Aduriz por el paso del tiempo. Sin olvidar la clasificación para la final de Copa y su aportación a la normalización del euskara.

En su última rueda de prensa, antes de que recibiera por sorpresa la notificación del despido, pasó desapercibido que algo ya se barruntaba porque afirmó que «esté yo o no, siempre estoy contento cuando gana el Athletic». Asimismo, se refirió a la presión por ganar existente en un club grande que representa a un pueblo. También cogen un mayor significado sus elogios a De Marcos cuando dijo que «si tuviera que dar mi opinión, es de esos jugadores que tendría aquí toda la vida, hasta que él quisiera. No solo por lo que aporte en el campo, sino porque dentro del vestuario es incomparable en todos los aspectos».

Premeditación y a destiempo

La forma de actuación de los responsables institucionales del club deja en evidencia que la decisión estaba tomada antes del partido de este domingo. Tampoco parece un buen momento para realizar un cambio de este calado y, sobre todo, llega a destiempo tras semanas con el entrenador en entredicho. El Athletic recibe este mismo miércoles, 6 de enero, al Barcelona en San Mamés y cierra la primera vuelta de la Liga visitando al líder Atlético de Madrid este próximo sábado, día 9. Después disputará la semifinal de la Supercopa contra el Real Madrid, el jueves 14 de enero.

Choca que se haya esperado tanto para llevar a cabo el relevo en el banquillo si no se confiaba en su trabajo. La campaña anterior, a pesar de la clasificación para la final de Copa, el Athletic ya dejó en evidencia algunos de los problemas que han causado el mal inicio del presente curso. Nadie en el Athletic analizó la situación hasta percatarse del rechazo que genera su gestión tras ver cómo los compromisarios les echaron para atrás las cuentas en la Asamblea.

Según se lleva especulando desde octubre, y tras la confirmación oficial por parte del club, su sustituto será Marcelino García Toral. El entrenador asturiano no cuenta con la simpatía de muchos aficionados rojiblancos ya que ha tenido varios enfrentamientos dialécticos con entrenadores del Athletic durante su etapa en equipos como el Racing o Villarreal. Además de haber realizado acusaciones de arbitrajes favorables hacia los rojiblancos.

Marcelino se encontraba sin equipo desde que fue destituido al comienzo de la temporada pasada por desavenencias con la dirección del Valencia. Y eso que la campaña anterior ganó la Copa con el conjunto ché y lo clasificó para la Champions. En 2016 también protagonizó una salida sorprendente en el Villarreal en plena pretemporada tras una bronca con los jugadores. Se espera que el nuevo técnico tome las riendas del equipo a partir de este mismo lunes.