Alvaro Reizabal
Abokatua
JOPUNTUA

Fuerte marejada

Vivimos tiempos revueltos en todos los aspectos, rodeados de olas que nos acechan, tiempos de fuerte marejada. Cuando allá por marzo del año pasado nos dijeron que nos confinaban y todos en casa durante quince días, la mayoría pensamos que no serían quince, sino más. Pero lo que no creo que entonces pensaran ni los más agoreros era que estaríamos enfilando en estos momentos la recta final de esta etapa que acaba en el primer aniversario, que no será el último si el ritmo de vacunaciones sigue a la marcha de ahora.

La primera ola fue terrible, debido, entre otras cosas, a que se pensaba que esto era un cuento chino, que estaba muy lejos y que a nosotros no nos iba a llegar nunca. Cuando saltó a Italia ya vimos las barbas del vecino a remojo, y para cuando nos dimos cuenta el bichito estaba cómodamente asentado entre nosotros. Nadie sabía lo que había que hacer, hasta que se les ocurrió que el remedio era el confinamiento, original medida que ya usaban en la Edad Media contra lo que entonces se llamaban las pestes. Y funcionó. Pero después, ante el dilema salud/economía las autoridades optaron por el negocio, que había que salvar el veranito. Todo dios a la calle, que el virus había sido derrotado. Primer año triunfal.

Así que luego vino la segunda ola y las restricciones, que maquillaron la situación, y, por fin, la imperiosa necesidad de salvar las navidades, fiesta tan entrañable y en la que se vende y consume compulsivamente. Y, claro, ya estamos en la tercera ola con todos los índices por las nubes.

Éramos pocos y parió la abuela, porque ahora a las olas que nos manda la naturaleza, el PNV de Donostia quiere añadir un surf park de olas artificiales a cuatro kilómetros del bravío Cantábrico. Ocuparía nueve hectáreas en Antondegi, uno de los pocos espacios verdes que quedan en la ciudad y de gran riqueza ornitológica. La idea es recurrente, pese a que en Iparralde ya se ha rechazado un proyecto similar y a que no están a favor de este tipo de infraestructuras junto al mar ni las federaciones de surfistas. Todo un despropósito.