Aitor AGIRREZABAL

Johnson apela ahora a la pandemia para implorar a Escocia que no se vaya

Boris Johnson rechaza la celebración, en un futuro próximo, de un segundo referéndum de independencia en Escocia. Las encuestas dan una clara mayoría a los soberanistas y, por eso, ayer viajó al norte de la isla para defender los beneficios de la unión y, escudándose ahora en la pandemia, implorar a Escocia que no se vaya.

El primer ministro británico, Boris Johnson, visitó aer Escocia por primera vez en cinco meses en lo que fue una especie de acto de campaña. Hace ya tiempo que las encuestas muestran un mayoritario apoyo a la independencia en el país del norte de la isla y el líder conservador acudió con la intención de mostrar las virtudes de la unión.

Para ello, y pese a las restricciones de movilidad que afectan a todo Reino Unido, utilizó la pandemia generada por el covid-19 como ariete para defender la unidad de Escocia, Gales, el norte de Irlanda e Inglaterra. La primera parada la realizó en el laboratorio Lighthouse del hospital Universitario de Glasgow, donde se procesan test de covid-19. Tras ello, se desplazó a uno de los centros de vacunación de la ciudad.

Glasgow es la ciudad con mayor población de Escocia. Y también la que concentra un mayor apoyo a la independencia. Fue una de las pocas localidades que ya en 2014 votó a favor de que Escocia fuese un país independiente y, desde entonces, el soberanismo ha seguido creciendo hasta situarse, en las últimas encuestas, por encima del 60%. Y ahí es a donde fue ayer a parar Johnson.

En declaraciones a los medios, el premier británico destacó «el gran beneficio de la cooperación entre todo el Reino Unido», pero que es «más claro» aún desde el comienzo de la pandemia. Lo cierto es que el inquilino de Downing Street no tiene competencia directa sobre salud en Escocia. Solo la tiene sobre Inglaterra. Sin embargo, el Gobierno británico influye en estas políticas a través los presupuestos. Londres tiene un método particular para encajar sus cuentas: la fórmula Barnett. Se trata de un mecanismo usado por el Tesoro de Reino Unido para ajustar los importes de los gastos públicos asignados al norte de Irlanda, Escocia y Gales automáticamente, de modo que si Johnson decide poner más dinero para servicios públicos, Escocia cuenta con más recursos. Si recorta, Nicola Sturgeon tiene menos margen de maniobra.

Devolución de poderes

La hemeroteca, sin embargo, no está de parte de Johnson. Las redes sociales se han encargado de recordarle sus declaraciones de hace apenas dos meses en las que señaló que la devolución de poderes a Escocia en 1998 «ha sido un desastre al norte de la frontera» y que fue «el mayor error de Tony Blair».

Ayer, el líder tory defendió que su Ejecutivo «ha aportado 8.600 millones de libras (9.709 millones de euros) al Gobierno escocés a fin de apoyar a los servicios públicos mientras se protegen los empleos de más de 930.000 ciudadanos en Escocia». A ello, añadió que el programa de vacunación «está desarrollado en un laboratorio de Oxford» y que «está siendo administrado en todo el Reino Unido por nuestras Fuerzas Armadas, que están ayudando a establecer 80 nuevos centros de vacunación en toda Escocia». A pesar de ello, todas las consultas muestran un apoyo mucho mayor a la gestión de la pandemia realizada por la premier escocesa, Nicola Sturgeon, que a la de Johnson. Y no solo en Escocia, ya que Sturgeon es la mejor valorada en el conjunto de las cuatro naciones.

 

Una visita «no esencial» que denota el «pánico» de Londres

El Partido Nacional Escocés (SNP) criticó la visita innecesaria del premier británico, Boris Johnson, al norte de la frontera y consideró que denota el pánico de Londres ante el auge del independentismo.

La ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, cuestionó la necesidad de un desplazamiento «no esencial» en pleno periodo de confinamiento y duras restricciones para atajar la pandemia y recordó que las autoridades deben dar ejemplo.

El «número dos» del SNP, Keith Brown, interpretó la visita como una prueba del «pánico» que siente el Ejecutivo conservador ante el avance del independentismo en los sondeos de opinión.

«Definir este viaje de campaña como ‘esencial’ deja claro el pánico del primer ministro, que sabe que los tories están perdiendo el argumento de la independencia», declaró el también miembro del Parlamento de Edimburgo.GARA