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NAIPYIDÓ

Rechazo global y flemática reacción de Pekín al golpe en Myanmar

El golpe de Estado con el que el Ejército birmano ha acabado con el Gobierno de Aung San Suu Kyi provocó la reacción de condena de potencias occidentales y organismos internacionales, aunque China, Rusia y países que comparten área geoestratégica con Myanmar tuvieron reacciones más tibias que apelaban al diálogo entre las partes. La vecina Bangladesh dijo esperar que se mantenga la repatriación de los rohinyás, que no confían en grandes cambios.

El rechazo general al golpe militar en Myanmar contó ayer con la más tibia reacción de China, Rusia y algunos países vecinos, después de que el Ejército birmano tomara el control político del país tras detener a varios miembros del Gobierno y del partido Liga Nacional para la Democracia (NLD), incluida a la hasta ahora líder del Ejecutivo, Aung San Suu Kyi.

El hasta ahora vicepresidente, Myint Swe, que fue nombrado en el cargo por los militares gracias a la potestad que les reserva la Constitución, asumió la Presidencia interina y cedió todos los poderes al jefe de las Fuerzas Armadas, Min Aung Hlaing, todo ello la víspera de la sesión de apertura del nuevo Parlamento.

El secretario general de la ONU, António Guterres, rechazó «enérgicamente» la detención de Suu Kyi; del presidente birmano, Win Myint, y de otros dirigentes políticos, y manifestó su «grave preocupación» por la transferencia de todos los poderes legislativo, ejecutivo y judicial a los militares.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas abordará hoy el golpe, a puerta cerrada y de forma telemática.

Desde la UE, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, exigieron que se restaure el Gobierno civil y se ponga en libertad a los detenidos. Varios Estados europeos realizaron similares declaraciones contundentes y Londres llamó a consultas al embajador birmano.

Tanto el presidente de EEUU, Joe Biden, como el secretario de Estado, Antony Blinken, pidieron que se libere «a todos los funcionarios gubernamentales y líderes de la sociedad civil y que se respete la voluntad del pueblo de Birmania expresada en las elecciones democráticas del 8 de noviembre», amenazando con posibles sanciones.

Más contemporizadora fue la reacción de Pekín. El Ejecutivo chino apeló a la «paz y la estabilidad» y rechazó cualquier intervención extranjera. El Ministerio de Exteriores señaló que China espera que las «partes en Birmania puedan salvar sus diferencias en el marco de la Constitución y las leyes para mantener la estabilidad política y social» en el país. Así, recordó que China es un Estado amigo de Myanmar e insistió en que la solución debe estar en «negociaciones a nivel doméstico sin injerencia extranjera» alguna.

En el mismo tono, el Gobierno ruso instó a impulsar el diálogo político y abogó por una «solución pacífica de la situación acorde a la legislación vigente» y «conservando el desarrollo social y económico sostenible del país».

Estados cercanos a Myanmar también mostraron reacciones tibias ante la asonada. El Ministerio de Exteriores de Singapur pidió a las partes «contención» y recordó que Myanmar es un «aliado y miembro esencial de la (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) Asean», que llamó al diálogo entre las partes. «Esperamos que la situación vuelva a la normalidad lo antes posible», señaló.

El Ejecutivo japonés, si bien pidió la liberación de los detenidos, señaló que «sabemos que hay un enfrentamiento entre las Fuerzas Armadas y el Gobierno junto con el comité de observación electoral por la legitimidad de las elecciones del noviembre pasado. Creemos que es importante que las partes implicadas resuelvan el problema de forma pacífica a través del diálogo basado en el proceso democrático».

Bangladesh y los rohinyás

El ministro de Exteriores de Bangladesh, Abul Kalam Abdul Momen, indicó que «esperamos que el proceso democrático y constitucional tenga éxito en Birmania», antes de subrayar que la principal preocupación del país es repatriar al casi millón de refugiados rohinyás que huyeron tras la campaña militar de 2017, que la ONU calificó de ejemplo de limpieza étnica y un posible genocidio.

A este respecto, el ministro bangladeshí destacó que «no importa quién esté en el poder» y que el acuerdo de repatriación de los rohinyás se mantendrá, recordando que «en los 80 y los 90 había militares en el poder, pero aún así podíamos repatriar a los rohinyás».

Pero los rohinyás no albergan esperanzas. «Me temo que la situación empeorará», señalaba Abdur Rahman desde Kutupalong, el principal campamento de refugiados en Cox's Bazar, en el sureste de Bangladesh.

Otros se alegran de la detención de Suu Kyi. «Es en gran parte responsable del genocidio contra nosotros», aseguraba Mohammad Jubair, líder de la Sociedad Arakan Rohinyá para la Paz y los Derechos Humanos.

«Violaron a nuestras madres y hermanas, mataron a nuestra gente, nos quitaron nuestras tierras y nos obligaron a vivir aquí en este pequeño refugio, pero ella no hizo nada. Doy la bienvenida (al arresto y al golpe). Lo voy a celebrar», afirmaba.

Armadak urtebeteko larrialdi egoera ezarri du

Myanmarreko Armadak estatu-kolpea jo eta Gobernuko ministro gehienak kargutik kendu ditu. Irteera nabarmenena atxilotutako Aung San Suu Kyi gobernuburuarena da. Bere ordez Wunnna Maung Lwin izendatu dute Atzerri Ministerioan, aurreko Gobernuan ministro izan zena. Finantza Ministeriora ere aurreko ministroa itzuli da, Win Shein. Beste batzuek eurek utzi dute kargua. Horrela egin du Myint Htw Osasun ministroak. Gainera, Armadak Mynt-i etxetik alde egiteko agindu dio, Hezkuntza, Informazio eta Garraio ministroekin egin duen bezala.

Armadak ministerio nagusiak bere esku zituen, baina kolpearen ondoren ez dio hauteskundeak irabazi zituen Demokraziarako Liga Nazionalari tokirik utziko eta Myint Swe-k, militarrek izendatutako orain arteko presidenteordeak, botere osoa eman dio Min Aung Hlaing armadaburuari.

Militarrek larrialdi egoera ezarri dute. Kolpea hauteskundeetan izandako «iruzurraren» aurka eman dutela argudiatzen dute, eta larrialdi egoeraren ondoren «hauteskunde libre eta legezkoak» antolatuko dituztela agindu dute. Hautesle errolda berrikusi eta hauteskunde batzordea «berrezarriko» dutela gaineratu dute.

Armadak Naypyidaw hiriburua eta Rangun hiri nagusiko kaleak okupatu ditu eta telefono-lineak eta Internet eten ditu. Suu Kyi-k, aurreko gobernu-buruak, kolpearen aurrean «gogor» eusteko eskatu dio herriari. GARA