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El Perseverance ya rueda por Marte a la búsqueda de indicios de vida

El rover Perseverance de la NASA superó con éxito los «siete minutos de la muerte» en la difícil maniobra de descenso sobre la superficie de Marte, donde llevará a cabo la primera misión que busca de forma explícita indicios de vida en el planeta. Pasó de una velocidad 20.000 kilómetros por hora a amartizar, y envió sus primeras imágenes.

Después de las misiones de Emiratos Árabes Unidos y China, que llegaron a la órbita marciana la semana pasada y siete meses después del despegue desde Florida, el rover de la NASA Perseverance amartizó en el planeta rojo y envió sus primeras imágenes.

El Perseverance es el quinto rover que se posa en Marte, después de la llegada de los Sojourner (1997), Spirit, Opportunity (2004) y Curiosity (2012).

Su destino, el cráter Jezero, de unos 49 kilómetros de diámetro, en el hemisferio norte marciano en una zona de acantilados escarpados, dunas de arena y campos de rocas, no es casual. El cráter es rico en sedimentos arcillosos que indican que fue un lago que se secó hace miles de millones de años y un lugar excelente para hallar indicios vida pasada, uno de los objetivos del Perseverance en el planeta rojo.

Con seis ruedas y unos tres metros de largo, transporta 25 cámaras y dos micrófonos, una estación meteorológica, taladros y hasta una potencial fábrica de oxígeno. Con este equipo, el rover analizará el suelo, la tenue atmósfera marciana y transmitirá los sonidos del planeta vecino. También incluye un helicóptero-dron, que llevará a cabo el primer vuelo en otro planeta.

Pero todo ese equipo ha supuesto también que supere la tonelada de peso. Un vehículo tan pesado y grande tuvo que defenderse solo durante los «siete minutos de la muerte» en la maniobra de descenso en los que el retraso de las comunicaciones hace imposible cualquier intervención desde el Laboratorio de Propulsión de la NASA.

En esos siete minutos tuvo que pasar de una velocidad de 20.000 kilómetros por hora a depositarse a salvo sobre la superficie, controlado solo por el ordenador que tiene a bordo.

Diez minutos antes de ingresar a la atmósfera marciana, la nave se separó de la etapa de crucero que le suministró combustible durante el viaje. Un escudo trasero y un escudo térmico en la parte delantera lo protegieron en una entrada que aumentó su temperatura a 1.300°C. A unos 11 kilómetros de altitud se desplegó un enorme paracaídas de 21 metros de diámetro para dejar la velocidad en unos 300 km/h. Imágenes grabadas en directo por las cámaras de la nave comparadas con mapas grabados en su sistema, le permitieron elegir el lugar de aterrizaje. A una altitud de unos dos kilómetros, cayeron el escudo trasero y el paracaídas, a la vez que ocho motores apuntando hacia el suelo se encendieron para terminar de frenarlo. Y a unos veinte metros del suelo, ya a una velocidad de 2,7 km/h, durante los últimos quince segundos el rover descendió a lo largo de los cables.

El próximo robot que llegará a Marte lo hará en mayo cuando China ponga sobre la superficie marciana el Tianwen-1, ahora en órbita.

Una treintena de muestras de suelo para traerlas a la Tierra en 2030

Perseverance allanará el camino para posibles misiones humanas a Marte. Su estación meteorológica estudiará su atmósfera y el papel del fino polvo marciano que puede afectar a los astronautas y a los sistemas de apoyo. Sus taladros perforarán el suelo para extraer, en unos tubos del tamaño de cigarros, una treintena de muestras, con el objetivo de que en 2030 otra nave llegue para recogerlos y traerlos a la Tierra. Y un pequeño aparato convertirá el dióxido de carbono marciano en oxígeno.GARA