Francia abre la vía a prolongar por 10 años los reactores más antiguos
La Autoridad de Seguridad Nuclear de Francia (ASN) abrió ayer la vía a prolongar por diez años más el funcionamiento de 32 de los reactores más viejos del país. En su mayoría entraron en funcionamiento en la década de los 80.
La ASN estableció las condiciones para que funcionen más allá de su cuarta «revisión periódica», es decir, hasta finales de esta década o 2030, según la fecha de entrada en servicio. El permiso de funcionamiento de estas centrales pasaría así de 40 a 50 años.
Para ello, «prescribe la realización de las principales mejoras de seguridad previstas por EDF [la empresa de energía eléctrica francesa], así como las disposiciones adicionales que considere necesarias». EDF tendrá que realizar una serie de pruebas y trabajos para mejorar la seguridad de sus reactores y garantizar que la radiactividad permanezca confinada en el interior del recinto en caso de accidente. También se prevé revisar la respuesta frente a eventuales ataques a las instalaciones o riesgos externos como terremotos o inundaciones.
Peticiones de cierre
Las plantas en cuestión son las más antiguas del parque nuclear francés: Bugey, Blayais, Chinon, Cruas, Dampierre, Gravelines, Saint-Laurent y Tricastin. Con 56 reactores, el parque nuclear francés es el segundo más grande del mundo, detrás de EEUU (99 reactores). Producen más del 70% de la energía originada en el país, un récord mundial.
Los opositores a la energía nuclear piden el cierre de las centrales más viejas por el peligro que representan. Las críticas se intensificaron después de la catástrofe en la planta japonesa de Fukushima en marzo de 2011.