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LONDRES

Londres señala a Moscú como amenaza en su estrategia exterior

La nueva estrategia del Gobierno británico en defensa y política exterior desprende aires de Guerra Fría y nostalgia colonial, con un aumento del arsenal nuclear, la declaración de Rusia como principal amenaza y el alineamiento con EEUU en su deseo de centrarse en la región de Indo-Pacífico. Presenta, sin embargo, matices respecto a China.

La revisión estratégica sobre seguridad, defensa y política exterior del Gobierno británico tras el abandono del bloque de la UE establece a Rusia como la gran «amenaza» para el país y, con la nueva orientación, el Ejecutivo de Boris Johnson ha decidido aumentar el techo de su arsenal nuclear por primera vez desde la caída de la URSS.

Este límite pasará de 180 a 260 ojivas nucleares, un aumento de aproximadamente el 45% que vuelve a los tiempos de la disuasión nuclear.

«El objetivo principal de esta revisión, la más completa desde la Guerra Fría, es hacer que el Reino Unido sea más fuerte, más seguro y más próspero al mismo tiempo que defiende nuestros valores», afirmó Johnson a los diputados británicos.

«Incluso si quisiéramos, y no lo queremos, el Reino Unido nunca podría volverse sobre sí mismo ni contentarse con el estrecho horizonte de una política exterior regional», añadió, ofreciendo a Europa su apoyo «inquebrantable» tras el Brexit.

Esta revisión estratégica determinará la línea del Ejecutivo para la próxima década en un momento en el que Londres intenta reposicionarse en la escena internacional según el concepto de «Global Britain», el lema creado por los conservadores para vestir la salida del bloque europeo frente a la idea del aislamiento. Este lema, no exento de nostalgia colonialista del imperio, presenta a Gran Bretaña en un «rol histórico» de líder mundial que el Gobierno ahora define con su nueva estrategia.

El texto confirma a EEUU como su principal aliado y el papel de la OTAN como «la base de la seguridad colectiva» para el área Europa-Atlántico, y presenta a Rusia como «la amenaza directa más aguda contra el Reino Unido».

El país ya mantiene tensas relaciones con Moscú y Pekín, y ha liderado la hostilidad occidental hacia Rusia.

Sin embargo, el documento presenta matices hacia China, calificada como «competidora sistémica» por su creciente influencia en el escenario internacional, pero con la que desea profundizar lazos comerciales y cuya cooperación se considera fundamental en la lucha contra el cambio climático.

En este sentido, Johnson estimó que «quienes piden una nueva guerra fría con China o aislar completamente nuestra economía de China (...) se equivocan; hay que encontrar un equilibrio y tener una relación lúcida» con este país.

Tras el Brexit, las ambiciones internacionales británicas se dirigen hacia la región del Indo-Pacífico, un área de alto crecimiento considerada esencial para la economía británica y su seguridad. Londres solicitó formalmente a principios de febrero unirse al Acuerdo Comercial Transpacífico y Johnson hará su primer gran viaje al extranjero a India a finales de abril. .

Aumento a 289 del límite máximo de ojivas nucleares

El Gobierno de Londres justifica el aumento del límite máximo del arsenal de ojivas nucleares de 180 a 260 por un «abanico creciente de amenazas tecnológicas y doctrinales». El grupo Campaña por el Desarme Nuclear (CND) lo ve como un «primer paso hacia una nueva carrera de armamentos nucleares» y una «gran provocación en el escenario mundial». En cambio, para el titular de Exteriores, Dominic Raab, es «la póliza de seguro definitiva contra las peores amenazas de estados hostiles». GARA