GARA
yamena

Muere en combate el presidente de Chad, socio de Occidente en el Sahel

El presidente de Chad, Idriss Déby Itno, aliado clave de Occidente en el convulso Sahel, murió el martes por las heridas sufridas en el frente combatiendo contra grupos rebeldes, al día siguiente de proclamarse su victoria electoral. Uno de sus hijos, el general Mahamat Idriss Déby, asumió el poder con un Consejo Militar de Transición que disolvió el Gobierno y el Parlamento. Su reto será mantener los lazos que el fallecido mandatario tejió con el Estado francés.

Al día siguiente de ser proclamado vencedor de las elecciones, el presidente de Chad, Idriss Déby Itno, en el poder desde hace 30 años, murió a causa por las heridas sufridas en el frente luchando contra los rebeldes en el norte del país.

Tras un proceso electoral en que los pocos candidatos de una oposición dividida habían sido descartados por intimidación o violencia, Déby fue proclamado ganador de las presidenciales del 11 de abril para un sexto mandato el lunes por la noche, aun sin conocerse la gravedad de sus heridas. Unas horas después se anunció su muerte.

Militar de carrera, nunca dejó de presentarse, a menudo con uniforme de batalla, como un «guerrero» y, precisamente, resultó gravemente herido cuando dirigía en persona, a los 68 años, la lucha de su Ejército contra una columna de rebeldes infiltrada desde Libia a varios cientos de kilómetros de la capital, Yamena.

Su hijo, el general Mahamat Idriss Déby –hasta ahora jefe de la Guardia Presidencial, unidad de élite y guardia pretoriana del régimen–, presidirá un Consejo Militar de Transición (CMT) que ayer disolvió el Gobierno y la Asamblea Nacional y juró que se crearían nuevas instituciones tras elecciones «libres y democráticas» en un año y medio.

La muerte de Déby supone la pérdida de un aliado clave de las potencias occidentales y sobre todo del Estado francés en el convulso Sahel, como destacaron el Elíseo y los ministros franceses de Exteriores y Defensa, que pidieron una transición militar de «duración limitada».

Déby, excomandante del Ejército de Hissène Habré (en el poder de 1982 a 1990), derrocó a este último con un golpe de Estado en 1990. Luego, su Guardia Republicana reprimió duramente durante años cualquier oposición antes de abrir el régimen a un sistema multipartidista «controlado». Había sido ascendido al rango de mariscal el pasado agosto, por hechos de armas después de haber comandado personalmente hace un año una ofensiva en la vecina Nigeria para perseguir a los yihadistas de Boko Haram.

El régimen de Idriss Déby y sus poderosas Fuerzas Armadas se habían convertido en un socio esencial en la guerra contra los yihadistas en el Sahel. Chad, entre Estados fallidos como Libia, Sudán y la República Centroafricana, es un contribuyente importante de soldados y armas en ese conflicto.

También proporciona a las fuerzas de la ONU en Mali uno de sus principales contingentes y es considerado el más experimentado de la fuerza conjunta del G5 Sahel (Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger y Chad), lo que convirtió a sus fuerzas en las mejores aliadas en la región del Estado francés, que cuenta con 5.100 soldados en la zona.

El apoyo francés se basa en un interés mutuo: París se aseguraba un aliado en el Sahel y Yamena goza de apoyo civil y militar y de la influencia francesa en Europa, una alianza cuya continuidad será el reto del hijo del fallecido mandatario ante un posible periodo de inestabilidad que debilite el aparato militar.

El fallecido presidente chadiano nació en 1952, cuando su país aún era colonia francesa, e hizo parte de su formación militar en la Escuela de Guerra de París, donde obtuvo la licencia de piloto en 1976. Allí conoció a actuales mandos militares franceses, y creó lazos de apoyo en el Ministerio de Defensa.

Los rebeldes afirman que continuarán su ofensiva hasta la capital

Idriss Déby se había unido el fin de semana a su hijo Mahamat para dirigir la lucha en el norte contra la coalición rebelde del Frente de Alternancia y Concordia en Chad (FACT). El lunes, el Ejército afirmó haberlos aplastado, pero se filtraron rumores de intensos combates que dejaron muchos muertos y heridos en ambos lados.

En el macizo de Tibesti, en la frontera con Libia, pero también en el noreste que limita con Sudán, los rebeldes chadianos se enfrentan regularmente al Ejército, avanzando desde sus bases de retaguardia en estos países. Su ofensiva en febrero de 2019 fue detenida, a petición de Yamena, por bombardeos de aviones de combate franceses. En febrero de 2008, un ataque rebelde ya llegó a las puertas del palacio presidencial antes de ser repelido, también gracias al decidido apoyo militar de París. Tras la muerte del presidente, el FACT prometió ayer continuar la ofensiva que comenzó el 11 de abril, día de las elecciones, y avanzar hasta la capital, aunque dejará «entre 15 y 28 horas para que los hijos de Déby entierren a su padre como marca la tradición». Además, rechazó el Consejo Militar de Transición. «Chad no es una monarquía. No debe haber un traspaso de padre a hijo», señaló.

La historia del Chad independiente está jalonada de episodios de rebeliones armadas llegadas de Libia o Sudán. El propio Idriss Déby llegó al poder liderando fuerzas rebeldes que tomaron Yamena.GARA