Iker BIZKARGUENAGA
CRISIS DEL CORONAVIRUS

La cifra de pacientes crece un 142% en un mes ante la inacción de Lakua

Ayer se cumplió un mes desde la última vez que Lakua modificó las medidas para hacer frente al covid-19, aunque estas quedaron prácticamente sin efecto hasta después de Semana Santa. En este tiempo, la incidencia se ha duplicado de largo y el número de pacientes ingresados ha pasado de 314 a 760, ante la actitud contemplativa del Ejecutivo.

Osakidetza ha decidido retrasar todas las cirugías no urgentes durante al menos dos semanas debido a la presión que sufren los hospitales por la pandemia, ya que actualmente el 53% de las 363 camas abiertas en las UCI están ocupadas por pacientes con covid-19. Por tanto, en estos 14 días solo se llevarán a cabo intervenciones urgentes, oncológicas o no demorables.

El anuncio, indicativo de la gravedad de la situación en los hospitales, se produjo ayer, al cumplirse un mes desde que el Gobierno de Lakua modificó por última vez las medidas para hacer frente a la pandemia.

Desde entonces, la afección del covid ha crecido de forma imparable hasta doblar la incidencia, que ha pasado de 253,76 casos por cien mil habitantes a 544,71 –un 114% más–. Y ese número de contagios se ha traducido en una subida equivalente de pacientes en los hospitales.

Incluso mayor, ya que la cifra de enfermos hospitalizados se ha incrementado nada menos que un 142%. En concreto, en el informe de Osakidetza del 26 de marzo constaban 314 pacientes de coronavirus, mientras que ayer ya eran 760. La subida también ha sido muy importante en las unidades de cuidados intensivos, pues se ha pasado de 87 pacientes en las UCI a 192.

El impás de la Semana Santa

Los números se comentan por sí solos, y salta a la vista que las medidas adoptadas el 26 de marzo no han sido suficientes para atajar una ola que para entonces llevaba dos semanas cogiendo fuerza. Aunque el modo en que se anunciaron, y su aplicación, también fueron sorprendentes y controvertidos.

Causaron sorpresa, porque Iñigo Urkullu llevaba días descartando modificar las medidas vigentes desde la primera semana de marzo, pero el día 25, jueves, convocó una reunión del LABI para el día siguiente. Ese mismo jueves se filtró que las restricciones –cierre perimetral y limitación de horarios en hostelería, como más destacadas–, afectarían a los municipios con una incidencia superior a 400 casos por cien mil habitantes, y el viernes el lehendakari confirmó lo anunciado. Lo que pocos esperaban era que el listado con las localidades afectadas iba a estar sin actualizarse durante diez días, con las vacaciones de Semana Santa en medio.

En esa primera lista, definida el 27 de marzo, solo se incluyeron siete municipios de más de cinco mil habitantes, y no se renovó hasta el 6 de abril, de modo que en la mayoría de las localidades las restricciones no tuvieron ningún efecto durante las vacaciones, en las que, sobre todo las zonas costeras y turísticas, estuvieron abarrotadas.

«Hemos estado peor»

El efecto de la Semana Santa sobre la afección del virus en la CAV es evidente, sobre todo en Gipuzkoa, donde la incidencia ha pasado de 313 el 1 de abril a 726 en el informe de ayer. Que la decisión de posponer el impacto de las nuevas medidas fue un error no parece admitir debate.

Sin embargo, lejos de hacer propósito de enmienda, en las tres semanas que han transcurrido desde entonces Lakua no ha adoptado ninguna decisión para revertir la situación, que ha ido agravándose día a día. El LABI técnico ha mantenido varias reuniones en este tiempo –hace dos semanas se reunió dos veces en 48 horas–, pero en todos los casos su postura ha sido la de no hacer ningún cambio. De hecho, el coordinador de ese grupo, Jonan Fernández, sostuvo el 9 de abril que la ola tocaría techo en los próximos días. Entre siete y diez, según auguró en varios medios. Se equivocó de pleno.

La incidencia ha seguido creciendo desde entonces –173 puntos en la CAV, 276 en Gipuzkoa–, y también las hospitalizaciones. Hoy hay 288 pacientes más que el 9 de abril y 86 más en las UCI, donde no había tantos enfermos de covid-19 desde abril de 2020.

Fernández relativizó el impacto de esta ola, y declaró que «hemos estado peor». Y es cierto, pero hay que retroceder un año para encontrar ese momento. Y aunque los datos indican, esta vez sí, que el pico de incidencia puede estar cerca, el número de contagios es aún muy alto, demasiado para que la situación empiece a aliviarse pronto.