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GINEBRA

La inseguridad alimentaria afectó a 55 países en 2020

La inseguridad alimentaria aguda aumentó en 2020 debido a los conflictos, las crisis económicas exacerbadas por la pandemia de la covid-19 y los fenómenos climáticos, advirtió ayer la Red Mundial contra las Crisis Alimentarias. Para 2021, las señales no son buenas. «Será un año difícil», alerta Dominique Burgeon, director de la División de Emergencias de la FAO, por los conflictos que persisten y la fragilidad de las economías por el impacto del coronavirus.

Unos 155 millones de personas en el mundo necesitaron ayuda humanitaria debido a las crisis alimentarias que afectaron a 55 países en 2020, unos 20 millones más que en 2019, según revela el informe anual publicado ayer por la Red Global contra las Crisis Alimentarias (GNAFC), en colaboración con distintas agencias de la ONU. Los episodios de escasez alimentaria «empeoraron en magnitud y gravedad» y «exacerbaron las fragilidades preexistentes» durante el último año, a causa de «conflictos prolongados, las consecuencias económicas de la covid-19 y los fenómenos meteorológicos extremos», se explica en el documento que analiza la situación mundial de la seguridad alimentaria y la nutrición.

«El conflicto y el hambre se retroalimentan. No se pueden resolver por separado», sostiene el secretario general de la ONU, António Guterres, en el informe, donde aboga por afrontar ambos problemas al mismo tiempo en un momento en el que hay más de 30 millones de personas al borde de la hambruna en el mundo. La zona del mundo más afectada por esta escasez alimentaria es África, donde residen 97,9 millones de personas en esa situación, por delante de Oriente Medio (29,4), el Sur de Asia (15,6), América Central y el Caribe (11,8) y Europa del Este (600.000).

«Los pronósticos apuntan a un panorama sombrío para 2021, con la amenaza de hambruna persistiendo en algunas de las peores crisis alimentarias del mundo», advierte la GNAFC, que cuenta con el apoyo de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma, en la elaboración del informe.

En lo que respecta a las causas de la inseguridad alimentaria mundial, el Informe Global sobre Crisis Alimentarias en 2020 precisa que los conflictos afectaron a 99,1 millones de personas; los efectos económicos –incluidos los de la pandemia– a 40,5 millones; y los fenómenos climáticos, a 15,7 millones. Un total de 55 países padecieron inseguridad alimentaria grave en 2020, 34 de ellos con especial gravedad, mientras que los diez con más personas en situación de crisis alimentaria fueron la República Democrática del Congo (21,8 millones), Yemen (13,5), Afganistán (13,2), Siria (12,4), Sudán (9,6), Nigeria (9,2), Etiopía (8,6), Sudán del Sur (6,5), Zimbabue (4,3) y Haití (4,1).

Y de entre todos los afectados por la crisis, 133.000 personas en el mundo se pueden considerar en situación de catástrofe alimentaria o hambruna, especialmente en Sudán del Sur (105.000), Yemen (16.500) y Burkina Faso (11.400).

11,8 millones sufren estas crisis en América Central y Caribe, concretamente en El Salvador, Haití, Nicaragua, Guatemala y Honduras. El informe destaca en particular la situación de Guatemala, donde 3,7 millones de personas sufren inseguridad alimentaria y donde los huracanes Eta e Iota intensificaron los problemas para «una población que ya era vulnerable por pérdidas vinculadas a la covid-19 y por varios años de malas cosechas». También Eta e Iota y las dificultades económicas acrecentadas por las restricciones contra la pandemia están detrás del aumento de la escasez de alimentos en Honduras, que afecta a 2,9 millones de personas

El informe también alerta del especial efecto de las crisis alimentarias en los niños, con 91 millones de menores de cinco años afectados por malnutrición en el mundo.