Maite UBIRIA BEAUMONT
BAIONA
ELECCIONES DEPARTAMENTALES Y REGIONALES

Doce duelos, la mitad entre centro-derecha y Euskal Herria Bai

La primera vuelta de las elecciones departamentales dejó constancia del dominio del centro-derecha que, no obstante, deberá esperar al domingo en todos los cantones para confirmar resultados. No habrá triangulares y en seis distritos tendrá enfrente a la segunda fuerza, EH Bai, que en el de Hendaia sale como fuerza más votada frente al PS.

No habrá triangulares en la segunda vuelta sino disputa entre dos candidatos. Será Euskal Herria Bai, la segunda fuerza más votada en el conjunto de los tres territorios, la que hará frente al centro-derecha en seis de los siete cantones en que ha logrado pasar a segunda vuelta.

Habrá otros cara a cara, como el de Biarritz entre centro-derecha y ecologistas, mientras que en el resto de plazas del BAB (Biarritz-Angelu-Baiona), donde la mayoría departamental salió triunfante en primera vuelta, serán los candidatos de la izquierda hexagonal los que, con distintas fórmulas de coalición, tratarán de frenar en la liza final a los abanderados de la plataforma que lidera el presidente departamental saliente, el centrista Jean-Jacques Lasserre.

Por tratarse de la zona metropolitana más importante, la evolución de voto en el BAB merece especial atención.

En el cantón de Angelu, el centro-derecha dejó bien encarrilada la elección con un 42,55% y los ecologistas y aliados llegaron en segunda posición con un 25,08%. También la ultraderecha se dejó otros dos puntos en este distrito en el que EH Bai se aupó a un 11,92%, ganando cuatro puntos con respecto a la primera vuelta de 2015.

En Biarritz, única localidad ajena a la economía de listas que ha marcado esta elección departamental, sin sorpresa, el senador Max Brisson y la alcaldesa Maider Arosteguy, ambos de Les Républicains, situaron a la mayoría departamental a la cabeza del cantón con un 31,08% de los votos. La noticia fue, sin duda, que llegara segunda la lista de Ana Ezkurra y Mathieu Castaings, avalada por ecologistas y Génération.s, que trepó al 18,79% colándose en la segunda vuelta.

La reunión celebrada ayer por los órganos de dirección de EH Bai con presencia de las candidaturas sirvió, además de para hacer una primera valoración del buen resultado cosechado, para tomar las primeras decisiones. Una de ellas afecta precisamente a Biarritz donde los abertzales de izquierda animan a sus votantes a apoyar, el domingo, a la plancha ecologista. No da consigna de voto el candidato de centro, Peio Abenberry, que superó el 10% y que contó con el apoyo de EAJ-PNB.

Reserva de voto y de querellas

El resultado en la ciudad balnearia fue una de las pocas alegrías que dio la primera vuelta al espectro progresista hexagonal. En su caso, la alta abstención multiplicó el daño derivado de la dispersión candidaturas.

El declive no viene de ahora y tiene que ver con factores hexagonales, pero también con problemas de asimilación de la agenda vasca que marca, en gran medida, el pulso del país. La institucionalización de Ipar Euskal Herria, la política lingüística, el proyecto de AHT y la hoja de ruta de la resolución. Son demasiados los dosieres que se le han atragantado al PS que encarna Henri Etcheto.

Ese espacio político-electoral languidece desde hace una década, pero la puntilla la ha puesto esta primera vuelta de las departamentales, en las que EH Bai se ha plantado como segunda fuerza en el conjunto vasco reclamándose como alternativa frente a un centro-derecha que, afectado por la abstención, deberá esperar al domingo para saber si la inversión hecha al promover una alianza XXL da el resultado apetecido: garantizase una fuerte mayoría, un nuevo mandato en Pau y abordar, con más calma, la sucesión del veterano Lasserre (77 años).

La ultraderecha no carbura

No logró los números deseados la ultraderecha, que cedió tres puntos en el total de los tres territorios con respecto a hace seis años. Aguantó en la cifra del 13% que ya marcó en el precedente escrutinio en Biarritz. Se mantuvo en ese mismo porcentaje en Baiona-1. En los otros dos distritos de la capital, Rassemblement National cedió unos dos puntos con respecto a 2015, cuando era Front National.

En línea ascendente, EH Bai acarició la barrera del 10% en los tres cantones baionarras, pero su rédito fue mayor en el tercer distrito, donde el binomio formado por Garbiñe Eraso y Peio Heguy se situó por encima del 14%. Todo un hito.

El BAB sigue siendo, con todo, «tierra de siembra» para los abertzales de izquierda que, en esta campaña han ganado más visibilidad en los distritos urbanos, no solo por oposición a una izquierda hexagonal desmembrada sino por pelear en la calle y en los consistorios que gobierna cuestiones sociales lacerantes como la crisis de la vivienda.

Los duelos en la capital

Provisionalmente, la mayoría departamental sumó los tres distritos de Baiona, remachando el clavo sobre el PS y su líder Henri Etcheto, al que ya endosó una derrota clara, con Jean-René Echegaray como «verdugo», en las municipales de 2020.

Los llamamientos del socialista a cambiar cromos no tuvieron eco. La France Insoumise no pasará consiga de voto en segunda vuelta. Por su parte, a excepción de Biarritz, EH Bai centrará sus esfuerzos en animar a sus simpatizantes a seguir movilizados cara al domingo.

El centro-derecha parte con muy buenos números, lo que no restará emoción a muchos cara a cara, dada la pujanza de los abertzales de izquierda ya sea en el interior –Euskal Mendialdea o Bidaxunerria– o en la zona media –Uztaritze-Errobi-Urdazuri y Errobi-Aturri–. Tampo- co desmerecen los duelos en la costa, donde EH Bai dobló resultados en el cantón de Donibane Lohizune y, sobre todo, en el cantón de Hendaia-Hegoko Euskal Itsasbazterra, donde el tándem formado por Iker Elizalde y Annie Poveda se verá las caras con el binomio del PS.

No habrá fusión de listas entre Rousset y los ecologistas

No se repetirá, de cara a la segunda vuelta de las elecciones regionales, la alianza entre el presidente saliente de la Región de Nueva Aquitania, el socialista Alain Rousset, y la candidatura de EELV.

Durante los últimos seis años, los ecologistas compartieron gestión institucional en el Gobierno regional, del que su aspirante en estos comicios, Nicolas Thierry, fue vicepresidente.

El domingo, los ecologistas acreditaron un 12%, aunque en Euskal Herria lograron dos puntos más de porcentaje.

Rousset se hizo con un 28,6% en la escala de la macrorregión, pero no cosechó el mismo nivel de apoyo entre los electores vascos, eso sí, aunque fue la opción más votada, con algo más del 25% de los sufragios. El socialista deberá buscar apoyos de cara a redondear su mayoría y arrancar su quinto mandato.

La candidata de la ultraderecha, que llegó segunda el domingo, aunque a gran distancia de Rousset, debió conformarse con un modesto quinto puesto en el ránking del electorado de Ipar Euskal Herria. Le pasaron por delante no ya el ecologista Thierry o la candidata que contaba con el apoyo de LREM, la centrista Génèvieve Darrieussecq, sino también la candidatura ruralista animada por un hermano del variopinto diputado bearnés Jean Lassalle. Su cabeza de lista, Eddie Puyjalon, rozó el 14% de los votos. M.U.

Una evolución electoral y un cambio de la mirada social

La diferencia del marco vasco quedó de manifiesto en la primera vuelta de las elecciones departamentales y, aunque en segundo plano, también el escrutinio regional aportó matices, por ejemplo al arrinconar a RN.

El centro-derecha, que ya antes de la eclosión del macronismo, mantenía una relación compleja, apenas selló acuerdos en el Hexágono en esta última batalla antes de la elección presidencial de mayo de 2022. En el departamento del que forma parte Euskal Herria, sin embargo, cuajó una alianza extralarga. Y bajo el mismo pabellón se situaron formaciones con visión no ya diferente sino hasta abiertamente enfrentada sobre la agenda vasca. Una decisión audaz o quizás instinto de conservación, si se atiende a la progresión de las ideas de izquierda, ecologista y abertzales, que van impregnando el mapa y cambiando la mirada social.M.U.