Walter Wendelin
Askapena
GAURKOA

El Filtro en busca de la solidaridad preventiva perdida

Este 24 de agosto en Montevideo se conmemora el 27 aniversario del «Filtro». En 1994 el pueblo uruguayo solidario reivindicó su derecho de conceder como pueblo el asilo a tres militantes vascos, Jesús María Goitia, Mikel Ibáñez y Luis Lizarralde, cuya extradición había pedido el Reino español.

Educación y Universidad convocaron un paro, el Frente Amplio una marcha, dos radios una concentración y una huelga general para el día en el que expiraba toda posibilidad de recurso legal. La Junta Departamental aprobó una declaración para «adoptar una decisión humanitaria (...) que haga honor a la tradición de Uruguay, tierra de asilo». El presidente L. A. Lacalle manifestó que «si la justicia dispone la extradición, tienen que irse».

A las 17.00 horas del día 24 la policía entró a caballo sin aviso previo y se ensañó con la gente a sablazos: fue el peor episodio de represión social del país desde su vuelta a la democracia en 1985, todo organizado por el ministro del Interior, Gianola, que logró su objetivo: entregar a los vascos.

A partir de las 20:00 horas comenzó el «Operativo clave 52», clave para «policía en peligro de muerte». Aumentó la represión, se produjeron la mayoría de heridos y el asesinato de Fernando Morroni y en la madrugada, el de Roberto Facal.

El 26 de agosto varios de miles de personas acompañaron silenciosamente el féretro de Fernando. Norma, su madre declaró: «no le voy echar la culpa a los vascos, esos que reprimieron son de acá, fueron los uruguayos que reprimieron de la peor manera, matando a jóvenes como a mi hijo, desapareciendo a otros, con todas las armas habidas y por haber, pero en las manos de ellos».

Después del episodio del Filtro sacaron los fantasmas de la dictadura y concentraron los ataques en los tupamaros. El extupamaro Huidobro advirtió que «la ETA podía adoptar represalias contra nuestro país». La derecha presionó para que el progresismo desmontara su agrupamiento radical. El Frente Amplio adjudicó rápidamente su derrota electoral de 1994 a los «insoportables núcleos radicalizados». En el Comité Central de los extupamaros se argumentó que al enfrentar organizadamente la represión se había provocado la masacre y que la responsabilidad de la muerte de los compañeros recaía de algún modo sobre sus hombros. Para no dar justificaciones a la policía y que no se repitieran sus asesinatos, había que renunciar a una fuerza militante con espíritu combativo y sustituirla por la desobediencia civil o resistencia no violenta. Se renunció pero nunca se activó la nueva estrategia.

Un año después de los acontecimientos del Filtro se realizó la primera marcha de recuerdo y repudio. La convocó la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos, pero ya no participaron organizaciones como el sindicato PIT-CNT ni el Frente Amplio, aunque sí muchos de sus militantes de base y algunos sindicatos menores.

BOE: «Queriendo dar una prueba de Mi Real aprecio al señor Ángel María Gianola, ex-ministro del Interior de la República Oriental del Uruguay, a propuesta de la ministra de Asuntos Exteriores y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 15 de noviembre de 2002, Vengo en concederle la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Dado en Madrid a 20 de noviembre de 2002.

El movimiento popular uruguayo sigue exigiendo los informes de inteligencia sobre el crimen del Filtro. Después de tres gobiernos del Frente Amplio (2005-2020) no se ha hecho pública ninguna investigación. Los asesinos y quienes comandaron la represión continúan impunes.

Mientras que el nuevo gobierno de Lacalle Pou, de centro derecha, realiza los ajustes liberales y privatizaciones que se esperan de él, el Frente Amplio achaca ahora su derrota al «esfuerzo y desgaste» que supuestamente suponen quince años de responsabilidades de gobierno. Sin embargo, la gente cree que «en el Uruguay tenemos bien claro que si bien hoy lo está haciendo el Partido Nacional (...), si hubiera estado el Frente Amplio (...) se haría de la misma manera. En medio de la pandemia se pagaría la deuda externa porque hay que «honrar» la palabra contraída con unos cuantos especuladores que viven en grandes palacios. Una parte de los uruguayos concentraron 4.000 millones de dólares en bancos nacionales y extranjeros (...) 100.000 compatriotas cayeron por debajo de la línea de pobreza». La propia Cámara de Comercio reconoció la pérdida de 100.000 empleos y 6.000 empresas en una población de 3.462.000 habitantes.

El nuevo gobierno intenta garantizar, vía exprés, la impunidad actual y futura con la Ley de Urgente Consideración (LUC) que combina el empoderamiento policial con el endurecimiento de leyes, restricciones y limitaciones del derecho a la manifestación, los piquetes y el derecho de huelga, etc. La Federación de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua, la de Estudiantes Universitarios, el movimiento feminista y el sindical uruguayo impulsaron la recogida de firmas para forzar un referéndum contra esta ley. El Frente Amplio decidió sumarse. Pero el mayor acierto del ahora partido opositor vino de sus bases sociales que en los últimos quince días salieron por decisión propia a recoger las firmas que faltaban. Y las superaron en más de un millón.

Esto son algunos de los aspectos de la historia y la coyuntura en los que transcurrirá este año la manifestación del Filtro. Su importancia como parte de nuestra memoria histórica uruguaya-vasca compartida es indiscutible. Igual de importante es trabajar para que no olvide nunca jamás ni uno solo de los responsables de aquellos crímenes, ni sus cómplices ni los corruptores, por muy impunes que hayan quedado.

El Filtro significa una derrota de la solidaridad internacionalista vasca por no haber sido preventiva. Sin embargo, cualquier derrota, si no se vende como lo que no es, puede transformarse todavía en victoria siempre que se socialice y se promueva una activación que impida la desmemoria interesada de los criminales.

«Cuando el viejo mundo se muere el nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos». La mujer y el hombre nuevo no nacen. Es la revolución la que hace a la mujer y al hombre nuevo. ¿Cómo sustituir «la banalidad del mal» por una «banalidad del bien»? Aplicando mucho «pesimismo (que es un asunto) de la inteligencia» y a la vez mucho «optimismo (que es) de la voluntad»: justo lo contrario de lo que hacemos la izquierda cuando nos desviamos hacia la irracionalidad del pragmatismo progresista liberal.