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Bolsonaro amenaza al Supremo y sus opositores piden su destitución

En el Día de la Independencia y en un entorno de enorme tensión, Brasil volvió a vivir ayer una jornada de marchas multitudinarias a favor y en contra del presidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, quien prometió «una nueva historia» para Brasil y volvió a amenazar al Supremo Tribunal Federal, que le investiga por difundir noticias falsas y amenazas a la democracia y se niega a volver a habilitar el voto impreso. Sus detractores exigieron su destitución.

Desde las jornadas previas al Día de la Independencia se respiraba tensión en Brasil. El presidente ultraderechista, Jair Bolsonaro, convocaba a sus seguidores en defensa de la «libertad» y para dar «un ultimátum» al Supremo Tribunal Federal (STF), mientras el exmandatario Lula da Silva, líder del Partido de los Trabajadores (PT), le acusaba de estimular la división, el odio y la violencia.

En plena caída de popularidad y enfrentado al Poder Judicial desde hace semanas, el excapitán del Ejército y nostálgico de la dictadura militar (1964-1985) prometió ante decenas de miles de partidarios en Brasilia, antes de viajar por la tarde a Sao Paulo, escribir «una nueva historia» para Brasil. Pero sobre todo volvió a cargar contra los jueces del STF, que le investigan a él y a su entorno por difundir noticias falsas y amenazas a la democracia.

«No podemos aceptar más prisiones políticas en nuestro Brasil. O el jefe de ese poder encuadra a los suyos o ese poder puede sufrir aquello que nosotros no queremos», afirmó, sin detallar las supuestas represalias. «No queremos una ruptura. No queremos pelearnos con ningún poder. Pero (…) no podemos permitir que una persona coloque en riesgo nuestra libertad», agregó en referencia velada al magistrado Alexandre de Moraes, que dirige la investigación en su contra.

Sus partidarios, vestidos de verde y amarillo, los colores de Brasil, sostenían pancartas en las que pedían, entre otros asuntos, la destitución de los magistrados del Supremo e incluso una intervención militar.

«Lo que queremos es una verdadera limpieza del STF y la única manera de hacerlo es a través de las Fuerzas Armadas», señaló a Efe en Sao Paulo Eri dos Santos, quien sostenía una pancarta que abogaba, en inglés, por una intervención del Ejército.

En esa ciudad, Bolsonaro cargó contra el presidente del STF, Luís Roberto Barroso, al criticar el sistema electrónico de votación y defender, alegando un posible fraude, un sistema mixto que incluya el voto impreso, que el Tribunal rechaza reintroducir. «No puedo participar en una farsa como esta, patrocinada por el presidente del STF», declaró, pese a que el sistema electrónico de votación de Brasil, adoptado en 1996, no ha sido objeto de una sola denuncia de fraude desde entonces.

Con un inflamado discurso mandó un recado a quienes quieren su destitución: «Quiero decir a aquellos que me quieren volver inelegible en Brasilia: solo Dios me saca de allá». Aseguró que, en el actual contexto en el país, solo tiene tres opciones: «Prisión, muerte o victoria».

«Fora Bolsonaro»

En Sao Paulo y en otras 160 ciudades de Brasil estaban previstas también manifestaciones convocadas en el marco de la Campaña Nacional «Fora Bolsonaro», organizada por los frentes Povo Sem Medo y Brasil Popular, junto a centrales sindicales y movimientos populares para exigir su destitución. A estas marchas se sumaron el movimiento de los excluidos con su lema «La vida en primer lugar» y los indígenas que protestan desde junio en Brasilia, informó TeleSur.

El Día de la Independencia es también el del Grito de los Excluidos, que se celebra desde 1995 como contrapunto a los actos oficiales.

El exalcalde de Sao Paulo y excandidato presidencial del PT, Fernando Haddad, calificó de «espectáculo grotesco» las marchas impulsadas por Bolsonaro y abogó por la destitución y detención del presidente, algo que, dijo, ocurriría en un país «mínimamente democrático». Haddad escribió su mensaje en Twitter tras la invasión la noche del lunes de la Explanada de los Ministerios, en Brasilia, por parte de seguidores del exmilitar, que llegaron hasta la sede de STF.

Lula da Silva, en otro mensaje, acusó a Bolsonaro de alentar la división y el odio. Hizo un recorrido por sus años de gobierno para comparar los respectivos actos del 7 de setiembre y fue tajante. Aseguró que durante sus mandatos esta fue una fecha marcada por anuncios que favorecían al pueblo brasileño, mientras que, según sus palabras, en lugar de anunciar soluciones, Bolsonaro está llamando a la gente al enfrentamiento, en actos «contra la democracia».