En su turno de intervención en la Asamblea General de la ONU, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, acusó a las autoridades de Estados Unidos de promover «un peligroso cisma internacional» y de hacerlo «con el pernicioso uso y abuso de las medidas de coerción económica», en alusión a las sanciones mantenidas por las diferentes administraciones.

Washington «amenaza, extorsiona y presiona a estados soberanos para que se pronuncien y actúen contra aquellos que identifica como adversarios», remarcó Díaz-Canel, que incluyó a Cuba dentro de esta lista de «países que no se les someten». «Durante más de 60 años, el Gobierno de Estados Unidos no ha cesado ni un minuto en sus ataques contra Cuba. Pero en este momento crucial y desafiante para todas las naciones su agresividad supera los límites», denunció. Afirmó que el bloqueo económico «se ha recrudecido» con Biden en la Casa Blanca.

«Se lanza contra nuestro país una guerra no convencional», subrayó, poniendo como ejemplo el envío de «fondos multimillonarios» para promover «campañas de manipulación» y proyectar «una imagen absolutamente falsa de la realidad cubana, sembrar confusión, desestabilizar y justificar la doctrina de cambio de régimen».

Díaz-Canel también cuestionó el papel de EEUU en otros escenarios y señaló que «la ONU no puede ignorar la lección de Afganistán», donde ha quedado de manifiesto que «no se puede prevenir ni combatir el terrorismo con bombas y que la ocupación solo deja destrucción».