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La nueva alianza anticorrupción seduce a los votantes y complica el regreso de Boyko Borissov al Gobierno

El populista conservador Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), que encabeza el ex primer ministro Boyko Borissov y ha dominado la política búlgara en los últimos doce años, y la nueva alianza anticorrupción Seguimos Cambiando (PP) encabezaban codo a codo anoche con cerca del 25% de los votos cada uno las primeras proyecciones tras el cierre de las urnas en unas elecciones que se celebraron en medio de la apatía electoral, ya que la participación fue inferior al 40%.

Eran los terceros comicios en apenas siete meses. Borissov, que partía como favorito, aspira a regresar al poder, pero las primeras proyecciones no se lo garantizan. Al cierre de esta edición, los datos daban al GERB una ventaja de entre uno y dos puntos sobre el PP. Por detrás se situaría el socialista BSP, con algo más del 14%.

Si se confirman las proyecciones, la responsabilidad de formar Gobierno recaerá en primer lugar en Borissov, que tendrá a la oposición frontal del resto de partidos, que culpan al GERB del lento despegue económico de Bulgaria y del auge de la corrupción o el crimen organizado.

La alianza PP tiene como potenciales aliados al BSP o a Bulgaria Democrática, que ya ha dicho que no pactará con el BSP, lo que amenaza con prolongar la crisis política que arrancó ya en 2020.

En las presidenciales, el actual presidente, Rumen Radev, se situaba en cabeza con cerca del 50% de los votos, pero necesitará ir a una segunda vuelta el próximo domingo contra el segundo candidato más votado, Anastas Gerdzikov, al no superar la participación la mitad del censo.