GARA
NUEVA YORK

Exonerados dos condenados por la muerte de Malcolm X

Más de medio siglo después de la muerte de Malcolm X, dos de los tres condenados por el atentado fueron exonerados del crimen en EEUU, a petición de la Fiscalía y sus abogados. La decisión ha tenido en cuenta los errores judiciales cometidos, la ocultación de pruebas por parte del FBI y la participación de agentes encubiertos. A pesar de las denuncias durante décadas, un documental de Netflix ha impulsado el giro judicial.

Más de 50 años después de la muerte en Nueva York de Malcolm X, figura emblemática en la lucha por la causa negra, una jueza de Nueva York exoneró ayer a dos de los tres hombres condenados, un gran giro judicial que revive una cicatriz en el historia estadounidense y en el movimiento antirracista.

«A estos hombres no se les dio la justicia que merecían (...). Lo que podemos hacer es reconocer este error, la gravedad de este error». avanzó el fiscal Cyrus Vance al “New York Times”.

En una inusual colaboración, la Fiscalía presentó el caso junto a los abogados de los condenados y una asociación que lucha contra los errores judiciales, The Innocence Project, para obtener la nulidad de las condenas dictadas en 1966 contra dos activistas: Muhammad Aziz, conocido como Norman 3X Butler en aquel momento, y Jalil Islam, conocido como Thomas 15X Johnson, que murió en 2009, tras recobrar la libertad en 1987.

«Todo esto nunca debería haber sucedido. Estos hechos fueron y son la consecuencia de un proceso corrupto hasta la médula, que sigue siendo demasiado familiar, incluso en 2021», denunció Muhammad Aziz, que salió de prisión en 1985 y que hoy tiene 83 años de edad, en una declaración remitida por sus abogados. Siempre ha reclamado su inocencia.

Muhammad Aziz y Jalil Islam, fueron condenados con un tercer hombre, Thomas Hagan, que había admitido su participación en la muerte y exculpó a los otros dos acusados, pero fue en vano. Hagan fue puesto en libertad condicional en abril de 2010 tras pasar 44 años en prisión.

Los tres eran miembros de la Nación del Islam, el movimiento del que Malcolm X había sido un líder pero del que él se había alejado, en un contexto de crecientes tensiones. El activista cayó bajo las balas de varios tiradores el 21 de febrero de 1965, durante un discurso en el Audubon Ballroom, una sala de espectáculos en Harlem.

«La investigación conjunta de 22 meses realizada por la Fiscalía y los abogados de los dos hombres revela que los fiscales» el FBI y la Policía de Nueva York «retuvieron pruebas cruciales que, de conocerse, probablemente habrían llevado a la absolución de los dos hombres», señaló “The New York Times”.

Desvela también que gran cantidad de documentos del FBI implicaban a otros sospechosos y que los fiscales del juicio no revelaron la presencia de agentes encubiertos en la habitación en el momento del tiroteo.

Un testigo aún vivo también confirmó a los investigadores la coartada de Aziz, quien afirmó estar en su casa en el momento del atentado. «El asesinato de Malcolm X es un hecho histórico que requirió una investigación escrupulosa pero que dio lugar a uno de los errores judiciales más flagrantes jamás vistos», comentó Barry Scheck, director de The Innocence Project.

A pesar de las denuncias no fue hasta febrero de 2020, tras la emisión de un documental en Netflix (‘¿Quién mató a Malcolm X?’), cuando se volvieron a plantear de forma oficial las dudas sobre la culpabilidad de Muhammad Aziz y Jalil Islam, y cuando Cyrus Vance pidió a sus equipos que reconsideraran el expediente.

Este giro judicial refuerza la tesis del turbio papel desempeñado por el FBI y la Policía de Nueva York en aquel momento.

En febrero de 2021 se desveló una carta póstuma y acusatoria de un policía, y las hijas de Malcolm X solicitaron la reapertura de la investigación. El policía afirmó haberse detenido, a petición de sus mandos, a dos de los guardaespaldas de Malcolm X, solo unos días antes del atentado, con el objetivo de debilitar la seguridad en torno al líder antirracista.

Además, un reportero, avisado por una llamada telefónica, anunció que iban a matar al activista afroamericano.

Malcolm X, que tenía 39 años en el momento de su muerte, fue objeto de muchas amenazas de miembros de su antiguo movimiento y había sido el objetivo de un ataque unos días antes.

Su muerte conmovió a EEUU, simbolizando las tensiones políticas y sociales del país en la década de 1960. Y sigue siendo una herida abierta en la historia afroestadounidense.