Pueblos, barrios y ciudades de toda Euskal Herria se unieron, con motivo del 25 de Noviembre, día contra la violencia machista, para denunciar una sociedad todavía «insostenible para las mujeres y los géneros disidentes». Hasta la fecha, en 2021, a cinco mujeres les han quitado la vida en Euskal Herria y a ello se añade la «terrible violencia que hemos padecido tanto en los hogares como en las calles», así como las «exclusiones» sufridas en muchos ámbitos por el colectivo LGTBIQ+.

El Movimiento Feminista de Euskal Herria convocó movilizaciones por la tarde «para construir una Euskal Herria feminista, anticapitalista y antirracista». Unas citas a las que llegaron «dolidas, hartas y con la fuerza que nos da la rabia».

«Necesitamos políticas feministas, recursos pedagógicos para profundizar en la prevención y que toda la sociedad tome responsabilidad», señalaron. En ese sentido dirigieron su mensaje a las instituciones. «Necesitamos instituciones comprometidas y no declaraciones institucionales, concentraciones ni fotos disfrazadas de morado». Frente a ello, reivindican «medidas reales y efectivas».

La primera capital en salir a la calle fue Baiona. La marcha partió a las 18.00 desde la plaza Moracín, en el barrio en el que se produjo la última víctima mortal por violencia machista, tras una pancarta en la que se señalaba “Violencia machista = violencia social”.

Una hora después arrancaba la movilización de Gasteiz, donde miles de mujeres reivindicaron el valor de la lucha feminista. Del mismo modo, denunciaron que «la precarización de los sectores feminizados es violencia» e incluso la «violencia institucional» del Ayuntamiento gasteiztarra. «Avanzaremos por la lucha y la organización, por las vidas libres de violencia. Es hora de acabar con las múltiples violencias que golpean a diario la vida de las mujeres y géneros sexuales disidentes», señaló el movimiento feminista gasteiztarra.

A pesar de la lluvia, miles de personas también se movilizaron en Bilbo este 25 de noviembre. A la manifestación principal, que partió desde la Plaza Sagrado Corazón, se le unieron las diferentes columnas provenientes de distintos barrios, hasta formar una gran marcha que finalizó ante el Ayuntamiento bilbaino.

A lo largo de la recorrido, las participantes gritaron consignas contra la violencia machista y el sistema patriarcal, como “Erasorik ez erantzunik gabe”, “Basta de violencia contra las mujeres”, “No es un caso aislado, se llama patriarcado” o “Emakumeon borroka herri borroka da”. En declaraciones a GARA, una de las portavoces de Euskal Herriko Mugimendu Feminista, María Rosa Pintor, lamentó que la manifestación se llevase a cabo con condiciones meteorológicas adversas, como el frío y la lluvia, aunque recordó que el año pasado, en plena crisis sanitaria por la pandemia, la convocatoria bilbaina reunió a más de 17.000 personas, una cifra a la que querían acercarse este año.

Además, Pintor criticó que desde las instituciones se estén dando «pasos atrás», como la posibilidad de subvencionar con dinero público a escuelas que segregan por sexo. «A nivel de instituciones vamos hacia atrás, pero el movimiento feminista sigue adelante y las mujeres feministas cada vez somos más», manifestó la portavoz.

La justicia, bajo la lupa

También en Donostia una multitud reclamó «acción directa» contra la violencia machista. «No aceptaremos ningún tipo de lavado de cara. Casa, barrio, calle, ciudad, comunidad, movimiento popular... seguiremos luchando hasta convertirlos todos en espacios libres de violencias machistas», señaló Bilgune Feminista de la capital guipuzcoana. «Las violencias machistas son un instrumento de control y reproducción del patriarcado. Y cuando la variable de género se entrecruza con otras, como la clase, la procedencia o la discapacidad, las condiciones para hacer frente a esa violencia machista son peores», añadió la Asamblea Feminista de Donostia.

Del mismo modo, puso el foco sobre el sistema judicial al que se enfrentan las víctimas de la violencia machista. «Nos enfrentamos a un sistema judicial incapaz de dar respuesta a las violencias machistas, un sistema que revictimiza y que juzga a las mujeres, bolleras y trans en lugar de a los agresores», criticó.

«No ha cambiado nada»

El frío y la lluvia también acompañaron a las cientos de personas que se reunieron en el centro de Iruñea para reivindicar el fin de la violencia machista bajo el lema “Aske izateko. Vida sin violencias”.

A lo largo del recorrido por la capital navarra, que unió el Palacio del Baluarte y el Paseo Sarasate se repitieron las proclamas a favor de la lucha feminista y se puso en primera línea la responsabilidad de las instituciones y la necesidad de políticas públicas que hagan frente a la violencia machista «en todas sus expresiones».

Al finalizar la marcha se leyó un comunicado en el que exigió el fin de todo tipo de violencia. «Ya han pasado varios años desde que denunciamos con contundencia que el juego del patriarcado había terminado, que lo habíamos dicho todo, y que era hora de que se tomasen en cuenta nuestras reivindicaciones. ¿Y qué ha cambiado con respecto a la violencia contra las mujeres? Nada. Todo sigue igual. Nos siguen asesinando, maltratando y humillando», denunciaron.

 

Entre el 35% y 40% de los presos en cárceles de la CAV tienen condenas por violencia machista

Entre el 35% y el 40% de los presos encarcelados de la CAV están en la cárcel por delitos relacionados con la violencia machista, según los datos ofrecidos ayer por la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales de Lakua, Beatriz Artolazabal. La consejera indicó, en una entrevista en Radio Euskadi, que del total de presos por delitos de violencia machista, el 80% asiste a cursos de formación dirigidos a corregir su conducta violenta hacia las mujeres. Asimismo puso especial énfasis en la formación de profesionales que atienden a las víctimas.GARA