El polemista de ultraderecha Eric Zemmour anunció finalmente, ayer al mediodía, mediante un vídeo difundido en redes sociales, que concurrirá como candidato a las elecciones presidenciales francesas que se celebrarán en abril de 2022. Un formato comunicativo con el que ensayaba la renovación, antes de acudir al habitual plató nocturno de televisión, esta vez en la otrora cadena pública TF1.

Quien fuera editorialista del diario “Le Figaro” y de canales como CNews, aseveraba en ese primer vídeo como candidato que «no es tiempo de reformar Francia, sino de salvarla» y a partir de ahí anunciaba con pretendida solemnidad: «He decidido presentarme a la elección presidencial». De inmediato las redes se llenaban de referencias, ya humorísticas ya abiertamente hostiles, a la puesta en escena. Y la manufactura del vídeo no solo daba que hablar, sino que hasta motivaba anuncios de querella por utilización no autorizada de ciertas imágenes. Varias cadenas paraban la emisión, pero la polémica ayudaba a que el mensaje sobre el pretendido peligro de «colonización de Francia» impregnara el debate político-mediático.

Zemmour hacía coincidir su anuncio con el día en que Les Républicains (LR) celebraba el último debate entre candidatos, a la espera de que se conozca, el fin de semana, el nombre del aspirante a representar a la derecha republicana en la contienda electoral por el Elíseo.

Decidido a quitar focos a ese espectro político, Zemmour celebrará su primer mitin de campaña el domingo en la sala Zénith de París. Ese encuentro, que cierra una gira por el Hexágono con la excusa de presentar su libro y en el marco de la cual recaló en Biarritz, estaba programado desde mediados de noviembre, indican desde su entorno, pero casualmente se celebrará un día después de que el espacio conservador tradicional, a priori con un electorado receptivo al mensaje ultra patriótico, designe a su aspirante.

Condenado por delito de odio

Eric Zemmour, de 63 años de edad e implicado en el pasado en una quincena de procesos judiciales, ha sido condenado dos veces por delito de odio en razón de sus mensajes racistas. Ello no evitó que ayer insistiera en las alusiones islamófobas, con referencia recurrente al velo. Su candidatura dará lugar, anuncia la izquierda parlamentaria, a una iniciativa de inhabilitación que, de partida, fue usada por el entorno del candidato para incidir en el victimismo.

Con algunos patinazos incluidos, primero ente la sala Bataclán y luego en Marsella, Zemmour llega a la recta definitiva hacia la campaña con la mochila cargada de polémicas vanas, pero también con ciertos síntomas de agotamiento que se han reflejado ya en las últimas semanas en las encuestas electorales.