Raúl Río Díaz
Sindicalista emérito de Arcelor Mittal
GAURKOA

Carta abierta al señor Juan Luis Escrivá

Señor ministro: me dirijo a usted con el debido respeto y le ruego que me perdone si en algún momento nota alguna acritud por mi parte. Piense que soy pensionista y que no puede ser de otra forma después de escucharle a usted en los diferentes medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales. La verdad es que me siento todavía más ofendido que cuando en el 2014 quemamos la indignante e infame carta de Fátima Báñez, en la que nos informada que nos subía un 0,25% la pensión.

Me pregunto por qué quiere ofendernos. ¿Por qué nos miente a los pensionistas, afirmando una y otra vez en los medios de comunicación que nos sube y actualiza la pensión en base al IPC para que no perdamos poder adquisitivo, cuando la subida y la actualización es del 2,5%, que es la media mensual de dicho IPC entre diciembre de 2020 a noviembre de 2021, y el IPC interanual acumulado de eses meses ha sido de un 5,5%, perdiendo un 3% de ese poder adquisitivo según el coste real de la vida?

Con el debido respeto, quisiera recordarle que los pensionistas somos mayores pero no somos tontos ni nos chupamos el dedo. Si usted cree ciertas esas mentiras que salen por su boca, pienso sinceramente que le incapacitan para ejercer tan alto cargo, pues le aconsejo que haga bien los cálculos y si no tiene tiempo que se los haga un subalterno. Eche sus cuentas si es que puede y luego diga la verdad.

Lo digo porque usted mintió vergonzosamente el pasado 10 de noviembre, o estaba mal informado, cuando le aseguró textualmente en el Congreso de Diputados al parlamentario Iñaki Ruiz de Pinedo, que estaba garantizado el poder adquisitivo de las pensiones, razonándolo de esta forma: «ya verá usted como se alcanza un acuerdo sobre este mecanismo absolutamente escrupuloso y mantener el poder adquisitivo y reforzar el sistema de pensiones... Ya verá usted como le tranquilizo ampliamente sobre su posible inquietud... En el acuerdo que se está debatiendo en comisión, donde estrictamente aseguramos la recomendación del Pacto de Toledo, que es el mantenimiento del Pacto de Toledo mediante el IPC. Y lo hacemos con un mecanismo impoluto, indiscutible». Luego usted le pregunta a Iñaki: «¿Usted cree que los agentes sociales, los sindicatos, habrían firmado con nosotros si fuera lo que usted dice? Lo que aseguramos es que sea la inflación media del año anterior, y que esa inflación media se va a aplicar indefinidamente. Eso quiere decir que, cualquier ventana que usted me abra, el poder adquisitivo de las pensiones y la revalorización de las pensiones está completamente asegurada, completamente asegurada. Si quiere, bilateralmente lo discutimos y hacemos algo de ejercicio numérico y nos ponemos de acuerdo».

Fidel Castro adoraba la verdad y decía que un hombre que presuma de izquierdas no miente nunca. Yo pienso que mentir es muy grave y muy feo, pero todavía más grave, más feo –¡y debiera ser delito!– mentir en sede parlamentaria, ante cámaras y taquígrafos, despreciando la inteligencia de sus señorías, la de sus votantes y de todos los ciudadanos. Nosotros, señor ministro, ya sabemos por experiencia como actúan en estos casos los sindicatos CCOO y UGT que, debido a sus necesidades, están acostumbrados a recoger las migajas que caen de las mesas del Pacto Social, del Pacto de Toledo y de las pensiones privadas, tan necesarias para su economía doméstica y domesticada.

Le ruego que piense usted bien lo que ha dicho y rectifique, que dicen que rectificar es de sabios. Como en Barrio Sésamo, la inflación media no es la entera y así perdemos los sufridos pensionistas mucho poder adquisitivo cada año, por medio de esa enrevesada formula que usted llama impoluta e indiscutible, que rebuscaron para empobrecer a los pensionistas y –si no se opone mayoría sindical vasca– aplicársela también ahora a los trabajadores en activo para distribuir la riqueza entre los más poderosos dejando en la miseria a la clase trabajadora, que es la que les produce la plusvalía.

Para hacer el cálculo no hace falta, señor ministro, saber mucho de matemáticas y estoy seguro que el señor Ruiz de Pinedo, bilateralmente le ayudaría a hacer un ejercicio numérico con mucho gusto, así que le voy a explicar un caso muy simple y que se puede dar tranquilamente en estos años de inflación alta y de crisis, con la avaricia de las multinacionales eléctricas desbocada. Si me permite le sugiero este hipotético y sencillo caso, para que usted pueda ver como con su «nuevo IPC» nos hunde en la miseria en unos pocos años, incluso a los que ahora tienen topadas sus bases reguladoras: imagínese usted un año en el que el IPC ha subido todos los meses un 1%. La carestía de la vida acumulada durante ese año habrá sido de un 12%, pero usted, con su formula de hallar la media mensual, lo dividiría entre 12 y nos aplicaría el resultado, el 1%, perdiendo nosotros el 11% en un solo año.

Un gobierno que se autotitula el más progresista de la historia debiera mirar por una distribución más equitativa de la riqueza que la que ya tenemos, pero usted, con su torticera fórmula y con la colaboración necesaria de sus sindicatos amigos, nos convierten en poco tiempo a los mayores, que hemos creado la riqueza actual, en pobres de solemnidad, como les llamaba el franquismo a los que no tenían ni para comer y pedían limosna.

Mire señor ministro como estará el panorama que un amigo mío de Ermua me dijo que una vecina suya, ya muy mayor, le pidió que le calculara la subida que le correspondía y al decirle mi amigo que solo eran unos 18,20 euros al mes, la pobre mujer bajó la cabeza y susurró en voz baja: «qué pena, todavía no me llega para una escopeta y una caja de cartuchos».

Lo que no sabe mi amigo es para que leches querría la pobre señora la escopeta y la munición.