Natxo MATXIN
DERBI EN EL SADAR

La noche mágica de Sancet festeja el partido número 4.000 del Athletic

El Athletic celebró su partido oficial número 4.000 en un Sadar donde se encuentra muy cómodo últimamente y a costa de un Osasuna que acumula ya su jornada décima consecutiva sin conocer la victoria. Oihan Sancet, indetectable para la zaga rojilla, vivió una noche mágica con un hat-trick, en su mejor encuentro como profesional.

OSASUNA 1

ATHLETIC 3


El futbolista iruindarra plasmó con sus tres goles el mejor hacer de la escuadra vizcaina que sorprendió con sus veloces arrancadas a la espalda de una defensa navarra que nunca supo frenar las precisas combinaciones de un Athletic que tuvo además el mérito de saber remontar un gol encajado de manera muy temprana.

Lejos de especular con una fase de tanteo en los compases iniciales, ambas escuadras se lanzaron a una primera parte frenética y preñada de ocasiones de gol. Los anfitriones, con un estilo sencillo de abrir a banda y buscar centros a sus dos torres, y los visitantes, con rápidas y precisas salidas que desbordaron a la zaga rojilla.

Moncayola ya intentó sorprender a Unai Simón con una falta directa al segundo minuto de juego y Sancet comenzó su particular festival con un mano a mano en el que estuvo más rápido Herrera para sacarle el balón. Fue, sin embargo, Kike García quien estuvo más preciso. Corría el minuto 10 cuando Torró abrió a banda derecha, Nacho Vidal conectó con Moncayola y este puso un preciso centro para que el delantero conquese conectase un testarazo pegado al poste.

Osasuna golpeaba primero, pero el Athletic supo encajar la bofetada. Con apenas seis minutos de margen iba a equilibrar la balanza. Una contra rojiblanca veloz y precisa acabó en el costado diestro, desde donde Iñaki Williams envió el esférico a la cabeza de Sancet que, llegando en carrera y defendido por un desesperado Rubén García, conectó sin problemas lejos del alcance del guardameta rojillo.

Con una gran movilidad y exactitud, los pupilos dirigidos ayer por Rubén Uría encontraron todo un filón ante una defensa local que se volvió loca a la hora de ajustar las marcas de unos rivales que no pararon de intercambiar sus posiciones. De nuevo, otra vertiginosa salida generó un lance casi calcado, solo que en esta ocasión fue De Marcos quien dio el servicio para que otra vez un Sancet sin oposición, de empalme con el interior, pusiese el 1-2 en el electrónico.

El iruindarra, al que le salió todo durante una primera mitad que a buen seguro recordará durante mucho tiempo, dejó patente su ideal momento en cuanto a eficacia goleadora, tras marcar también frente al Real Madrid. Fue el faro ofensivo rojiblanco, entendiéndose a la perfección con Iñaki Williams, bien a la hora de ir a recibir o salir hacia el espacio.

De verse con el encuentro encarrilado, Osasuna pasó a tener que remar a contracorriente, aunque Kike García tuvo otra buena oportunida para igualar la contienda, con otro cabezazo picado, pero en esa ocasión centrado y fácil para Unai Simón. Más cerca la tuvo todavía en el descuento de ese primer periodo, cuando Balenziaga sacó con la espuela un balón rematado por Nacho Vidal que iba camino de portería.

Cambios rojillos estériles

Con el luminoso a su favor, el Athletic se encontró más cómodo en el inicio de la segunda mitad, manejando el cuero y haciendo correr a un cuadro local que no encontraba fluidez para llegar a los dominios de Unai Simón. De hecho, la mejor oportunidad de esa fase cayó del lado vizcaino.

Berenguer, la gran sorpresa del once rojiblanco tras una campaña en la que el de Barañain no está teniendo el protagonismo de la pasada, se fabricó la ocasión por el lado derecho con caño incluido a Juan Cruz, si bien su centro lo cortocircuitó David García, para acabar el lance con un duro disparo al primer palo de Iker Muniain que sacó a dos manos Sergio Herrera.

La coyuntura no convenía a los intereses rojillos y ello propició movimientos en el banquillo local, arriesgando con un Kike Barja al que se le entregó todo el carril diestro. Sin embargo, el movimiento fue estéril, pues casi coincidió en el tiempo con el hat-trick de un Sancet que él solito acabó por cerrar un derbi que confirma la reciente buena estadística del Athletic en sus visitas al estadio de El Sadar, a cuyo Graderío Sur pidió perdón tras anotar su tercera diana particular.

El 1-3 enfrió los ánimos de un cuadro local que hasta ese momento creyó al menos en rescatar algún punto y que quemó todas sus naves rompiendo la línea de tres centrales, aunque ello no derivaría más allá de un postrero misilazo del Chimmy Ávila, protagonista desafortunado en el tramo final, al travesaño, como el lance más peligroso por parte anfitriona.

De hecho, poco antes, solo el hombro de Iñaki Williams impidió que subiera al marcador el cuarto gol rojiblanco, parte del cuerpo del atacante de Errotxapea que estaba más adelantada según el VAR en el inicio de un lance que acabó en las redes de Herrera, pero posteriormente siendo señalado como fuera de juego.

El derbi se enrareció en sus últimos minutos, con más de una refriega entre futbolistas de ambos equipos, con Chimy Ávila como actor principal de sendos roces con la zaga rojiblanca y una fea entrada a Nico Williams, al que no cazó por muy poco. El ariete argentino acabó siendo expulsado por doble amarilla en apenas dos minutos y el Athletic refrescó su idilio más reciente con el feudo iruindarra. Un triunfo que le acerca a los puestos europeos mientras Osasuna sigue sin poder salir del bache: diez jornadas sin ganar.