GARA
WASHINGTON
ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CAPITOLIO DE EEUU

Las espadas de la polarización estadounidense siguen en alto

Un año después del asalto al Capitolio de EEUU alentado por Donald Trump, la brecha sigue muy abierta entre unos demócratas que tratan de dar una imagen de solidez institucional, pero alertan de que «el 6 de enero todavía existe» y unos republicanos que miran para otro lado, mayoritariamente alineados con Trump y su denuncia de «fraude».

El Gobierno estadounidense trata de tranquilizar sobre la solidez de las instituciones un año después del asalto al Capitolio, mientras la oposición republicana rehuye las conmemoraciones y mantiene en su seno un importante peso del trumpismo

En el aniversario del suceso que conmocionó a EEUU, puso en cuestión la solidez de sus sistema político y terminó con cinco muertos, la brecha sigue abierta entre demócratas y unos republicanos que prefieren mirar para otro lado, conscientes de que sus aspiraciones por volver a la Casa Blanca pasan otra vez por el magnate.

El secretario de Justicia, Merrick Garland, informará del estado de la investigación contra los partidarios del expresidente republicano Donald Trump que, por miles, intentaron hace un año evitar que los congresistas certificaran la elección de Joe Biden como presidente. El FBI estima que al menos 2.000 personas estuvieron involucradas, incluidas 225 acusadas de cometer actos de violencia.

Algunas forman parte de peligrosas milicias de extrema derecha fuertemente armadas, como Proud Boys y Oath Keepers. A la vez, el comité especial de la Cámara de Representantes ha tomado declaración a decenas de colaboradores de Trump.

El jefe de la Policía del Capitolio, Tom Manger, que asumió el cargo después del ataque, testificó ayer ante un comité del Senado que «el 6 de enero puso de relieve errores operativos muy significativos».

Trató de ofrecer tranquilidad señalando que se están corrigiendo, al igual que el Gobierno hace al querer mostrar que las instituciones estadounidenses han aprendido la lección de la violenta irrupción de los partidarios de Trump en los pasillos e incluso en las oficinas de los congresistas, en una institución que había permanecido al margen de contiendas incluso durante la guerra civil

Pero cuando hable hoy en los mismos recintos del Capitolio, Joe Biden y la vicepresidenta, Kamala Harris, también recordarán que la democracia estadounidense sigue siendo frágil. La Casa Blanca adelantó que «hablará del trabajo que queda por hacer para asegurar y fortalecer nuestra democracia y nuestras instituciones, para rechazar el odio y las mentiras que vimos el 6 de enero, para unir al país», y alertará del peligro «que ha supuesto para la legalidad y para nuestro sistema de Gobierno democrático», una amenaza que Trump sigue representando.

El líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, subrayó que «el 6 de enero no fue la acción irreflexiva y espontánea de una multitud violenta. Fue un intento de revertir violentamente el resultado de unas elecciones libres y justas. El 6 de enero todavía existe».

«Si no abordamos las raíces de esta violencia, esta insurgencia no seguirá siendo una aberración, se convertirá en la norma», advirtió. Algunos analistas alertan de que quienes impulsaron la insurrección siguen activos y han aprendido mucho. Las encuestas muestran que alrededor de dos tercios de los votantes republicanos creen la denuncia de «fraude» difundida por Trump, y por tanto, que Biden ejerce su poder de forma ilegítima.

Y la mayoría de los republicanos electos, muy conscientes de que el multimillonario sigue siendo el hacedor de reyes en el partido, se alinean con él, con el objetivo de recuperar el poder en las elecciones intermedias de 2022. En 2024, Trump podría incluso postularse para un nuevo mandato. 

Tres generales estadounidenses retirados han advertido de que podría ocurrir otra insurrección después de las presidenciales y mostraron su temor a que esta vez tenga éxito.

Trump no hablará

Trump dio un paso atrás en su intención de desafiar con una rueda de prensa la conmemoración preparada por los demócratas. Los republicanos han preferido mantener un perfil bajo, pero el expresidente está lejos de cambiar su postura. El martes volvió a denunciar el «fraude» de las elecciones. «¡El crimen del siglo!», clamó, y acusó al comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto de actuar con «total parcialidad y deshonestidad».

El 2 de enero, el líder republicano en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, reconoció que «las acciones de ese día fueron ilegales» pero arremetió contra los demócratas asegurando que están utilizando los hechos del 6 de enero «como un arma partidista para dividir el país». Mitch McConnell, su líder en el Senado, ya ha indicado que no estará presente hoy durante las conmemoraciones organizadas en Washington.

Mientras, el futuro del comité de la Cámara de Representantes que investiga qué ocurrió el 6 de enero y los días precedentes en las más altas instancias del Gobierno, está en cuestión si los republicanos ganan el control de la Cámara Baja en las elecciones de noviembre.

Aunque no puede sancionar a nadie, puede declarar en desacato a quien se niegue a declarar, lo que hace posible que luego el Departamento de Justicia presente cargos, como ha hecho ya con tres excolaboradores de Trump: su exasesor y exjefe de campaña Steve Bannon, su exjefe de Gabinete Mark Meadows y el exayudante del fiscal general Jeffrey Clark.

Los demócratas tienen sobre la mesa la posibilidad de que el comité pida al Departamento de Justicia que presente cargos penales contra Trump en función de lo que encuentre, pero en sus propias filas alertan del peligro de agudizar la polarización y de que ayude al magnate a presentarse como víctima de una persecución política. Además, si el Departamento luego no presentara cargos tendría un efecto bumerang contra el Congreso.

Biden: «Trump sigue siendo una amenaza»

El presidente de EEUU, Joe Biden, denunciará hoy en su discurso «la responsabilidad de Trump en el caos y la carnicería que vimos ese día», y expondrá el 6 de enero como «el trágico colofón a lo que en cuatro años de presidencia, Trump hizo a este país». Insistirá en que Donald Trump «socavó la Constitución e ignoró su juramento al pueblo estadounidense en un intento de amasar más poder para sí mismo y sus aliados», adelantó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki. Biden considera a Trump, quien sigue teniendo en sus manos las riendas del Partido Republicano, «una amenaza para la democracia» estadounidense y lamenta que el expresidente «trabaje constantemente para mermar los valores básicos de Estados Unidos y la legalidad» en el país, añadió.GARA