Arnaitz GORRITI
BALONCESTO - EUROLIGA

El Bayern se lleva el triunfo y hasta el «Carácter Baskonia»

Un Baskonia aquejado por la baja por covid-19 de Alec Peters cayó ante un Bayern de Múnich que supo aguantar los arreonesgasteiztarras tras el descanso. Ante un público cabizbajo y molesto con los suyos, solo Baldwin creyó en el triunfo hasta el final.

BITCI BASKONIA 77

BAYERN MÚNICH 84


Duele perder, porque Bitci Baskonia no solo perdía ayer ante un Bayern de Múnich mucho más sereno y controlado que el cuadro gasteiztarra. El cuadro bávaro se llevó el basket average particular y casi hasta el «Carácter Baskonia». Ante un Buesa Arena de uñas con sus jugadores y que acabó casi vacío, los de Andrea Trinchieri se valieron de los errores del cuadro gasteiztarra, y supieron aguantar los arreones liderados por Wade Baldwin, erigido en casi el único recurso de Neven Spahija en esos minutos de la verdad.

Y es que el duelo ya empezaba de la peor manera posible: baja de Alec Peters por covid-19, y «menos mal» que solo caía el ala-pívot de Illinois, ya que las pertinentes pruebas de refuerzo descartaban otros positivos.

Una de las buenas cosas de la ausencia de Alec Peters fue el arranque de Tadas Sedekerskis, que dio un gran rendimiento en los primeros instantes, sin duda los mejores del cuadro gasteiztarra, que llegó a escaparse 17-9.

No obstante, los cambios cambiaron por completo el rumbo del partido, sobre todo porque entre DeShaun Thomas y Othello Hunter el Bayern empezó a enderezar su partido rápidamente, sacándoles los colores a sus defensores. El 17-16 con el que acabó el primer asalto fue gracias a los 14 tantos que en esos diez minutos anotaron los suplentes del cuadro alemán.

Y aquello no fue una anécdota, ya que con el segundo cuarto, jugadores como Weiler-Babb, Walden y sobre todo Rubit despertaron de verdad. Ante un Baskonia que volvió a estirarse con un parcial de 7-0 para ponerse 24-19 gracias a Costello, el cuadro bávaro replicó con otro parcial bastante más abultado: 4-22 para ponerse 28-41 y provocar silbidos en un Buesa Arena de uñas con su gente. Dentro de lo malo, los de Spahija lograron reaccionar un poco y alcanzaron el descanso largo con un 33-42 en el marcador.

El mínimo indispensable

Había que ver cómo iba a ser el regreso del cuadro gasteiztarra de los vestuarios. Con una afición menos complaciente que otros días, más que nunca, la reacción baskonista debía llegar por medio de los propios jugadores para contagiar a la grada, y no al revés.

Y lo consiguió, sobre todo con los mates y los tapones de Wade Baldwin y los ocho puntos consecutivos que aportó Simone Fontecchio. De su mano, Saski Baskonia se arrimó a dos puntos del cuadro alemán, pero que supo tirar de la veteranía de los Lucic, KC Rivers, DeShaun Thomas o Hunter, para pasar del 53-55 al 55-61 con el que se terminó el tercer asalto. Pero por lo menos los jugadores consiguieron que los 5.587 espectadores reunidos en el Buesa Arena se enchufaran el partido y su equipo.

Ánimos congelados

No obstante, un parcial de 2-6 para arrancar el último asalto enfrió en exceso los ánimos de la grada y, de paso, evidenció las carencias de mentalidad de jugadores como Enoch o Granger, que anoche no consiguieron en ningún momento estar a la altura que requería el partido.

Wade Baldwin, que llegó al descanso con solo dos puntos anotados, se echó al Baskonia a las espaldas, muy bien respaldado por un Lamar Peters incisivo en defensa, aunque atolondrado en la otra canasta. Con todo, Saski Baskonia se llegó a poner a dos puntos otra vez, 71-73, luego de un «dos más uno» del mentado Baldwin, pero el conjunto bávaro supo mantener el tipo, y un triplazo de Walden terminó de hundir a los de Spahija con el partido ya dentro del minuto final y en plena cuenta atrás.

Con el partido perdido y los espectadores en procesión buscando los vomitorios, los segundos finales se convirtieron en el clásico carrusel de tiros libres para ver quién se llevaba el basket average particular. Y como a perro flaco todo son pulgas, hasta eso se lo llevó el conjunto alemán, que dejó al Baskonia con una gran desazón y una muy larga Euroliga aún por delante.