GARA
KIEV

El aumento de los choques en la guerra del Donbass eleva la tensión

El aumento de los ataques y violaciones del alto el fuego en la región del Donbass, al este de Ucrania, elevaron la tensión entre los agentes parte del conflicto. Mientras las repúblicas de Donetsk y Lugansk ordenaban la evacuación de civiles, EEUU y Rusia aprovechaban las violaciones del alto el fuego para reforzar sus posiciones.

Las tensiones llegaron ayer a un punto no alcanzado hace tiempo en la guerra que se desarrolla en la región del Donbass, al este de Ucrania. El Ejército ucraniano denunció al menos 45 violaciones del alto el fuego a lo largo de varios cientos de kilómetros en la línea del frente, mientras los rebeldes prorrusos informaron de 27 ataques del ejército ucraniano.

Los observadores de la OSCE, constataron 591 violaciones del alto el fuego el jueves frente a las 153 del miércoles.

Estas violaciones han sido recurrentes en los ocho años de esta guerra que se ha cobrado ya 14.000 vidas, pero el aumento de los ataques en las últimas horas parecía acercar más el riesgo de un gran conflicto que las advertencias diarias de las grandes potencias.

El aumento de la tensión no hizo sino agravar el diálogo de sordos entre EEUU y Rusia, que vieron un pretexto para justificar sus movimientos.

Washington insistió en que teme la invasión de Ucrania «en los próximos días» y Moscú denunció que Kiev y sus aliados se niegan a dialogar e insistió en que está retirando unidades militares de las regiones cercanas a Ucrania, concretamente carros de combate que «vuelven a sus guarniciones» en Nijni Novgorod, a 1.000 kilómetros tierra adentro de Rusia, y diez bombardeos Su-24 que participaron en ejercicios en Crimea.

«Eso no ha sucedido», desmintió el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksiy Reznikov.

Pero a la vez, las fuerzas armadas rusas realizarán hoy nuevas maniobras, supuestamente ya previstas, que contarán con la presencia del presidente, Vladimir Putin, en las que «se lanzarán misiles balísticos y de crucero» y se probarán «armas estratégicas nucleares y convencionales».

Para el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, se trata de la puesta en marcha de «un escenario de provocaciones» para justificar un ataque a Ucrania. Su homólogo de Defensa, Lloyd Austin, afirmó que en lugar de la anunciada retirada, EEUU todavía ve «más fuerzas entrando en esta región fronteriza» y otras preparándose «acercándose a la frontera».

«La mayor concentración militar desde la guerra fría», según el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg.

Por su parte, Putin, al recibir en el Kremlin a su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko, atribuyó a Ucrania el empeoramiento de la situación en Donbass por su negativa a hablar con los separatistas y por concentrar tropas en la línea del frente.

«Reforzamos nuestras defensas. Pero no tenemos intención de llevar a cabo ninguna ofensiva», se justificó Kiev.

Evacuación de civiles

El líder de la autoproclamada república de Donetsk, Denis Pushilin, anunció «la salida masiva y centralizada de la población» hacia Rusia, «comenzando por mujeres, niños y ancianos». Su homólogo de la república de Lugansk, Leonid Pasechnik, anunció la misma decisión poco después para evitar bajas entre la población civil.

A la vez, Putin ordenó al ministro de Emergencias, Alexander Chuprian, crear todas las condiciones necesarias para acoger a los refugiados procedentes del Donbass.

EEUU crítico esta evacuación. «Es cínico y cruel utilizar seres humanos como peones para desviar la atención del mundo del hecho de que Rusia refueza sus tropas para un ataque», indicó el Departamento de Estado.

Según Washington, el recrudecimiento de la violencia en el Donbass podría ser un pretexto para invadir Ucrania como defensa de estas poblaciones.

Rusia niega cualquier plan de invasión pero reiteró sus exigencias, no ampliación de la OTAN hacia sus fronteras y la retirada de las fuerzas estadounidenses estacionadas en el centro y este de Europa. «De lo contrario, Rusia se verá forzada a reaccionar, sobre todo con la puesta en marcha de medidas de carácter militar y técnico», señaló la diplomacia rusa.

Por otro lado, EEUU sigue reforzando militarmente a sus aliados en Europa y aprobó una venta a Polonia de 250 tanques Abrams por 6.000 millones de dólares, que aún debe ser ratificada por el Congreso.

Aires de guerra fría en la Conferencia de Munich

La conferencia anual de Seguridad de Munich, que concluye mañana, está dominada por la crisis prebélica en Ucrania, con Rusia anunciando repliegues y amenazando con respuestas «técnico-militares» si la OTAN no accede a sus exigencias, y con EEUU poniendo sucesivas fechas a una invasión rusa. Dirigentes internacionales tienen cita en la capital bávara para tres días de debate sobre cuestiones de seguridad y defensa. Se espera a la vicepresidenta de EEUU, Kamala Harris, y el secretario de Estado, Antony Blinken. Estarán también el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky. Rusia, cuyo ministro de Exteriores, Sergei Lavrov, acude regularmente a la cita, no tiene previsto hacerlo este año. Blinken, confirmó su propuesta de reunirse la semana próxima con Lavrov pero sacó pecho poniendo como condición que «no haya invasión rusa de Ucrania». D.L.