Daniel GALVALIZI
MADRID
CRISIS EN EL PP

Barones dan la espalda a Casado y Ayuso niega afán sucesorio

Alberto Núñez Feijóo deja entrever que la dimisión es la única salida y los presidentes de Andalucía y Castilla y León evitan respaldar al aún líder, Pablo Casado. La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, pide un «giro absoluto» y otras voces llaman a congreso extraordinario o gestora. Casado aguanta una semana más, contra las cuerdas.

El fin de semana no ha calmado las aguas sino que las ha empeorado. La imagen de unas 4.000 personas el domingo al mediodía en la sede de Génova pidiendo la dimisión del presidente del PP, Pablo Casado, y apoyando a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha sido muy poderosa y ha dado más fuerza a quienes desean dar vuelta la página ya a esta etapa.

Madrid amanecía ayer con un duro editorial del diario “Abc” en portada pidiendo la dimisión urgente de Casado. Un editorial casi igual de enfático traía “El Mundo”. Los dos principales periódicos de la derecha española no pueden ser interpretados como autónomos al movimiento conservador del Estado. No hay registro de tal elocuencia y vehemencia de ambas publicaciones en forma coordinada contra un líder del PP.

Ayer, visto en abstracto, fue el día en que las fuerzas agudizaron la contradicción del liderazgo de Casado y le señalaron la puerta de salida, pero los barones del PP eligieron la sutileza, excepto Ayuso. Empezando por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien pidió públicamente al líder de su formación que tome la «última decisión» para zanjar la crisis, mientras en Génova seguían encerrados los dirigentes más cercanos a Casado debatiendo una salida con el Comité de Dirección del partido.

Fuentes del PP gallego filtraron que Feijóo se comunicó con Ayuso y los otros barones territoriales, pero en público el presidente de la Xunta se limitó a pedir a Casado que «asuma su última responsabilidad» para tomar medidas «urgentes» que «no serán fáciles», pero que «son imprescindibles».

De momento el líder ganó algo de tiempo al decidor convocar la Junta Directiva Nacional el próximo lunes, en la que podría oficializarse un congreso extraordinario... o no. Todo ello tras un cónclave que arrancó a las 11.00 de la mañana y concluyó a las 20.00, dando pie a todo tipo de filtraciones.

Así, según informó el diario “El País” citando fuentes del PP, Feijóo se comunicó telefónicamente con Casado y le propuso que renuncie «porque con la dimisión de García Egea [el secretario general del partido y su mano derecha] es insuficiente», algo que al cierre de esta edición no había sido negado por el presidente gallego.

Otros referentes importantes del PP también se pronunciado, pero de manera más sibilina y neutral. Tan neutral y con tan poco apoyo explícito a Casado (de hecho, ninguno lo hizo) que era imposible hacer una lectura que no fuera la del pedido de dimisión. Es el caso del presidente de la Junta andaluza, Juan Manuel Moreno Bonilla, quien persiste en sus llamamientos de «unidad y diálogo», y suspendió la celebración del Día de Andalucía en la plaza Cibeles de Madrid, adonde iba a venir hoy.

El presidente en funciones de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, a punto de comenzar las negociaciones para conformar Gobierno, afirmó que el PP tiene «un problema que debe atajarse de manera inmediata», que mantiene la «lealtad» a Casado y que será «respetuoso» con la decisión que se tome.

El alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP, José Luis Martínez Almeida, siguió ayer sin realizar declaraciones y dejó trascender que tiene voluntad de renunciar a su cargo de portavoz para centrarse en la Alcaldía y en la reelección, cuya campaña electoral comenzará en catorce meses.

En tanto, el líder del PP de Catalunya, Alejandro Fernández, exigió que se dé la voz a los afiliados y calificó el conflicto en el seno de su partido de «divorcio traumático con el sentir» de los militantes. «No podemos quedarnos tocando la lira observando el incendio, hay que tomar decisiones drásticas», enfatizó quien es tal vez una de las caras más emblemáticas de la derrota del PP tradicional ante Vox (allí la ultraderecha dio un humillante sorpaso al PP cuatriplicando sus escaños).

También hizo referencia a esta crisis el líder del PP de la CAV, Carlos Iturgaiz, quien pidió «disculpas y perdón a todos los votantes por lo vivido» y, entrevistado en Fórum Europa, evitó expresar su lealtad a Casado, limitándose a decir que él está «con las siglas del PP por encima de cualquier personalismo».

Ayuso pide un «giro absoluto»

La presidenta de Madrid escogió como escenario una biblioteca en la pequeña ciudad de Boadilla del Monte para insistir en que su sitio es la comunidad autónoma, que no aspira a sustituir a Pablo Casado al frente del PP estatal. Y pidió un «giro absoluto» para acabar con una crisis que está «desangrando» a la formación conservadora.

Sin tender una mano conciliadora, incluso ante el gesto de la Ejecutiva del PP que cerró ayer el expediente informativo abierto a la presidenta madrileña al tomar como válidas sus explicaciones en torno a la investigación de los pagos cobrados por su hermano, Tomás Díaz Ayuso, la lideresa de la derecha opinó que «no puede salir gratis» lo que ella y su familia han pasado, asegurando que le han «robado la presunción de inocencia después de 18 años militando en la casa».

«La situación es insostenible, nos estamos desangrando en cada encuesta. (…) Aquí hace falta un giro absoluto», enfatizó Díaz Ayuso.

Varios de sus consejeros del Gobierno regional hicieron declaraciones de apoyo a su jefa en los medios madrileños y algunos de ellos, como el titular de Educación, exigió abiertamente la dimisión de Casado, en otro hecho inédito para un partido tan vertical y presidencialista como el PP.

Cabe recordar que en julio estaba previsto el Congreso Nacional que iba a reelegir al frente del PP a Casado, quien ganó las primarias en julio de 2018. Hoy por hoy, esperar al menos cinco meses para resolver el liderazgo parece casi imposible y es por ello que algunas voces piden ese congreso extraordinario al que podría darse cauce en una semana, con las cosas algo más calmadas.

De hecho, se esperaba que en el segundo trimestre de este año (debe ser antes del congreso nacional) se desarrollara el congreso madrileño para elegir las autoridades regionales, según afirmó Martínez Almeida hace unas semanas. Quizás en este juego de calendario se pueda encontrar una de las razones por las que el ayusismo decidió filtrar ahora el “Watergate del PP” en su contra. Si tiene que implosionar todo, que sea cuando convenga.

Mientras el culebrón por quién lidera la derecha española prosigue, por debajo las viejas costumbres también: la portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea madrileña, Carolina Alonso, quien participa de la Comisión de Vigilancia de Contrataciones, denunció ayer que el PP bloqueó la solicitud de comparecencia de Tomás Díaz Ayuso para dar explicaciones por su relación con los contratos de material sanitario. La transparencia parece que no es una prioridad.