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KIEV
CRISIS (PRE) BÉLICA EN UCRANIA

Rusia y Ucrania se preparan para el escenario de guerra abierta

Ucrania y Rusia dieron ayer pasos para preparar un escenario de guerra abierta. Kiev aprobó el estado de emergencia, movilizó a reservistas y pidió a los ucranianos que abandonen Rusia. Moscú, por su parte, retiró diplomáticos del país vecino y reiteró sus exigencias «innegociables», mientras en el frente del Donbass aumentan los bombardeos.

Kiev intensifica los preparativos frente a un eventual invasión rusa después de que las últimas decisiones del Kremlin prepararan el camino a la intervención militar abierta en las regiones de Donetsk y Lugansk.

Ucrania ordenó la movilización de reservistas de entre 18 y 60 años y llamó a sus ciudadanos presentes en Rusia –unos tres millones– a salir inmediatamente del país. A la vez, el Parlamento estableció el estado de emergencia –en todo el país salvo en las regiones de Donetsk y Lugansk, que ya están bajo una administración político-militar– por un plazo de 30 días, para «reforzar la protección» del orden público y las infraestructuras estratégicas. El secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa, Oleksiy Danilov, explicó previamente que la ley marcial puede ser implantada de manera instantánea.

Con los contactos diplomáticos rotos en las últimas horas después de la suspensión de las conversaciones entre el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y sus homólogos estadounidense y francés, la crisis está marcada ahora por los movimientos de Rusia.

El presidente ruso, Vladimir Putin, juega con los tiempos y con las especulaciones sobre sus intenciones militares, después de que el lunes reconociera oficialmente la independencia de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk y de que el Senado ruso diera luz verde al despliegue de fuerzas rusas en esos territorios.

Con estas decisiones, sentó las bases para una intervención a gran escala, pero dejó en el aire el momento de llevarla a cabo, al afirmar que sucederá según la situación sobre el terreno.

Además, Moscú reconoció todo el territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk, aunque solo una tercera parte están en manos de los separatistas prorrusos, por lo que la intervención podría aumentar el alcance de la guerra.

Las opciones van desde un nuevo statu quo en los territorios separatistas siguiendo los precedentes de Abjasia y Osetia del Sur, hasta una guerra total entre rusos y ucranianos que desemboque en el conflicto más grave de Europa desde 1945.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, advirtió de que «el futuro de la seguridad europea» se decide en Ucrania.

Moscú evacúa diplomáticos

Rusia, por su parte, comenzó a evacuar a su personal diplomático de Ucrania y la bandera rusa ya no ondea en su Embajada. Con motivo del Día de los Defensores de la Patria, Putin insistió en que los intereses rusos «no son negociables», aunque todavía mencionó la posibilidad de un «diálogo directo y honesto con los occidentales».

La víspera volvió a exigir a Kiev que renunciara a su adhesión a la OTAN y abogó por una desmilitarización de este país.

En la región rusa de Rostov, a unos cincuenta kilómetros de la frontera, las fuerzas rusas están estacionadas en gran número con camiones militares, lanzacohetes u obuses, sin que ayer mostraran ningún signo particular de actividad.

En Kiev, los habitantes no han renunciado a su rutina, pero desde el martes, cada hora en punto, a través de los altavoces suenan el himno nacional ucraniano en la plaza Maidan.

En Donetsk, el líder de los prorrusos, Denis Pushilin, señaló que «en este momento aquí no hay tropas rusas. Pero en caso de una agresión de Ucrania esto es posible. Los documentos que firmamos nos permiten solicitar esa ayuda».

Añadió que, de momento, las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk no se plantean su ampliación hasta sus fronteras constitucionales, algo que «preferiríamos que fuera por medio pacíficos», dijo. «Aún no estamos en esa etapa. Estamos en una etapa en la que las tropas del adversario se encuentran en la línea de contacto y en cualquier momento pueden pasar a la ofensiva. Todavía no hemos resuelto esto», explicó.

En esa línea del frente, los beligerantes continúan intercambiando fuego de artillería, acusándose mutuamente de ello.

Las autoridades de Ucrania denunciaron la muerte de un militar y que otros seis resultaron heridos a causa de ataques con artillería.

Los separatistas de Lugansk anunciaron la muerte de un combatiente y de un civil también en un bombardeo y acusaron al Ejército ucraniano de atacar con artillería una docena de localidades.

Según Pushilin, por primera vez en mucho tiempo la ciudad de Donetsk fue atacada con cohetes Grad. «Por lo visto es la reacción al reconocimiento de nuestra independencia», afirmó. Ya el martes, los observadores de la OSCE constataron 1.927 violaciones del alto el fuego, casi el doble que la víspera.

En la Asamblea General de la ONU, su secretario general, António Guterres, afirmó que el mundo se enfrenta a «un momento de peligro» y consideró los pasos dados por Rusia «incompatibles con los principios de la Carta de las Naciones Unidas».

Biden castiga el Nord Stream 2

La embajadora estadounidense, Linda Thomas Greenfield, aseguró que el conflicto podría derivar en una nueva crisis de refugiados con «hasta 5 millones de desplazados adicionales» y disparar el precio del trigo en los mercados mundiales.

Washington y sus aliados occidentales han adoptado las primeras sanciones en respuesta al reconocimiento de los separatistas, modestas en comparación con las «severas» y «devastadoras» anunciadas en caso de invasión.

Las de la UE se suman a una batería de medidas restrictivas que aplicaba ya desde 2014, y afectan a un total de 555 personas y 52 entidades.

El presidente de EEUU, Joe Biden, también anunció un «primer tramo» de medidas para evitar que Moscú recaude fondos occidentales para pagar su deuda. Ayer anunció, además, sanciones a las empresas que han participado en la construcción del gasoducto Nord Stream 2, el proyecto para suministrar gas a Europa, siempre en el punto de mira de Washington.

Rusia prometió una respuesta «fuerte» y «dolorosa» a estas sanciones. «No necesariamente simétrica, pero medida y sensible para la parte estadounidense», advirtió.

Moscú ha acumulado cerca de 640.000 millones de dólares en sus reservas de divisas y 183.000 millones en un fondo soberano para hacer frente a las sanciones.

 

Berlín, forzada a revisar su relación estratégica con Moscú

La crisis ucraniana ha impuesto a Alemania –y a parte de Europa– la tesitura de cuestionar su dependencia del gas ruso, pero también la política de acercamiento a Moscú. Una «ruina diplomática», según el diario “Süddeutsche Zeitung”. El 55% del gas importado a Alemania proviene de Rusia, una dependencia que iba a reforzar el gasoducto germano-ruso Nord Stream 2.

La suspensión de su autorización por parte de Berlín –presionado, sobre todo, por EEUU–, compromete el suministro energético de Alemania, a la espera de cómo reaccionará el Kremlin sobre el abastecimiento actual. EEUU y el Estado francés aplauden el paso y Ucrania exigió ayer que se haga permanente.

«Bienvenidos a un nuevo mundo, donde los europeos tendrán que pagar 2.000 euros por 1.000 m3 de gas», advirtió el expresidente ruso Dmitry Medvedev. El gas representa más de la cuarta parte del consumo energético alemán. El ministro alemán de Economía y Clima, Robert Habeck, sostiene que el país puede prescindir del gas ruso a largo plazo, pero renunciar a él por completo daría lugar en primer lugar a un gran vacío difícil de cubrir en el mercado energético, con la primera consecuencia de la subida de un precio, ya muy elevado, que amenaza a la primera economía de la zona euro. «La situación es tan grave que incluso las empresas medianas están considerando reubicarse», según el lobby de la industria BDI. Berlín confía en el fin del invierno y en cambiar gradualmente de proveedores, pero los contratos a largo plazo dificultan este relevo. También ve comprometidos sus planes de transición energética basados en un aumento del consumo del gas, debido a la eliminación de la energía nuclear prevista para 2030.

Los sucesivos Gobiernos alemanes han alimentado su relación con Moscú durante los últimos veinte años, una estrategia iniciada por el socialdemócrata Gerhard Schröder –hoy vinculado al complejo gasista ruso– y continuada por la conservadora Angela Merkel. La revisión de la relación energética ha llevado también a reevaluar esta estrategia, especialmente por parte de la ministra de Exteriores, Annalena Baerbock (Verdes).GARA