Belén Martínez
Analista social
AZKEN PUNTUA

Preguntad a Virginia

Cuándo se ha dado el caso, anteriormente, de que un hombre culto pregunte a una mujer cuál es la manera, en su opinión, de evitar la guerra?». Así comienza “Tres guineas”, el formidable ensayo de Virginia Woolf.

La guerra es ese lugar –al que nunca habría que ir– en el que los cuerpos se hacen poéticos. La guerra es un producto y una rémora de memorias masculinizadas, de humillaciones, de rendiciones y de esperanzas devastadas. En el centro del centro está la vida, no la guerra. Pedro Sánchez, que prefirió preguntar a Rajoy, Aznar, Zapatero y Felipe González, emisarios de la paz todos ellos, dice que España está en el lado correcto de la historia en la “guerra de Putin”. Sánchez sabe que Volodymyr Zelensky no es Salvador Allende.

Se consuma el crimen perfecto. El canciller alemán, Olaf Scholz, promete aumentar el presupuesto militar. El rearme de la política exterior en Europa lleva implícita una renuncia a la paz, un callejón sin salida. Si se mantiene la escalada, «no habrá quien dé cuenta del paisaje después de la batalla», dice el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Ni Zelensky ni Putin. Resistencia feminista contra la guerra en las calles rusas de Kaliningrado, Vladivostok y Múrmansk. También en Ucrania. Todas las vidas cuentan. Por una paz sin vencedores ni vencidos. Myru Myr (Paz).