Ingo NIEBEL
Historiador y periodista
AñO ELECTORAL EN ALEMANIA

Victorias y derrotas anunciadas en el País del Sarre

En el estado federal del País de Sarre vuelve a gobernar un partido en solitario. Por la aplicación del límite del 5%, más del 20% de los votantes se quedan sin representación parlamentaria. Los partidos políticos miran ahora a los siguientes comicios regionales.

El Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) del canciller, Olaf Scholz, se alegra porque en adelante gobernará en solitario en el País de Sarre. La victoria se debe en primer lugar a su candidata principal, Anke Rehlinger. Durante un lustro, la socialdemócrata gobernó como «número dos» con el ministro presidente democristiano Tobias Hans (CDU) en una Gran Coalición regional. No obstante, el SPD de Sarre no sufrió desgaste en este bipartito como ocurrió con su partido a nivel nacional durante la época de la canciller Angela Merkel (2005-2021).

La victoria de Rehlinger da oxígeno a Scholz y a su partido que a nivel nacional lleva una desventaja de cuatro puntos frente a la Unión Demócrata Cristiana de Friedrich Merz. El nuevo presidente de la CDU no intervino en la campaña regional, tiene el foco puesto en las elecciones regionales de estados federales más importantes como Schleswig-Holstein y Renania del Norte Westfalia. En una conversación con las y los corresponsales de la Asociación de la Prensa Extranjera (VAP) de Berlín consideró «importantes» los comicios en el Sarre, pero también los tildó de «especiales». De todos modos, su «objetivo más importante» es «recuperar la gobernabilidad» de su partido hasta las próximas elecciones generales en 2024.

El histórico desastre de su formación, que bajó doce puntos hasta el 28%, salpica el inicio de su carrera frente a la CDU, pero no afecta directamente a Merz. Aunque no lo dijera públicamente, fue su rival interna y ex-presidenta de partido, Annegret Kramp-Karrenbauer, quien instaló a Hans como su sucesor cuando pasó a integrar el gobierno de Merkel en 2019.

La derrota se explica por los errores que el propio ministro presidente cometió. Ante la fuerte subida del precio de los carburantes, Hans se grabó ante una gasolinera, emulando el estilo del presidente ucraniano en sus video mensajes. No obstante, lejos de dar con la profesionalidad del mandatario de Kiev, Hans se tropezó con su propio populismo y clasismo. Primero acusó al Estado de «enriquecerse» con los impuestos sobre los carburantes, aunque debería saber que estos sirven para financiar las tareas públicas. Segundo, dijo que los altos precios «ya no sólo afectan a los que ganan poco, sino que eso afecta realmente a mucha gente aplicada que ha de llenar el depósito». Anunció que asumirá las consecuencias por su debacle, pero sin especificar cuales serán.

Los otros dos socios del «Gobierno semáforo» de Scholz, los Verdes y el Partido Liberal Demócrata (FDP), se han quedado fuera del hemiciclo de Saarbrücken al no superar el límite del 5%. A los ecologistas les han faltado solo 23 votos para saltar esa barrera; a los liberales, unos cuantos más. El ajustado resultado ha propiciado el recuento de los votos emitidos. Hasta que no se hayan presentado las cifras finales, existe la posibilidad de que al menos los ecologistas entren en el parlamento del Sarre.

En el caso del FDP su resultado se explica por que entró en campaña con una candidata poco conocida. Por eso, el partido del ministro federal de Hacienda, Christian Lindner, no pudo sacar ventaja de la debilidad de la CDU, como suele ocurrir en otros länder y a nivel estatal. La mayoría de los electores descontentos con la CDU dieron su voto al SPD.

La debacle de los Verdes se debió sobre todo a los problemas internos en un terreno político históricamente complicado. Es una región obrera en la que en su día dominaron la minería y la siderurgia. Y aún hoy queda poco sitio para ideas ecologistas y otras formas de ver la vida. El desenlace electoral de los Verdes, pero también de Die Linke (La Izquierda), confirma que no se vota a partidos divididos y embroncados.

En el Sarre, la formación socialista perdió a su cofundador, Oskar Lafontaine. Con el exlíder del SPD como candidato principal, el Linke entró por primera vez en el Parlamento regional en 2009 y la última vez, hace un lustro, al lograr 12 puntos. Desde entonces, una pugna interna ha dividido en dos al partido. Por eso, Lafontaine dejó el Linke a principios de mes, una decisión que habrá acelerado su caída en picado, cifrada en 10 puntos. Tras haberse quedado incluso por debajo del 3%, los socialistas parecen ser una fuerza insignificante, como en la mayoría de los estados federales del oeste. Solo en Hesse y en los estados ciudad cuentan con representación parlamentaria.

La excepción que confirma la regla es la misantrópica Alternativa para Alemania (AfD) porque pese a todos los problemas internos, que evitaron que se presentara con una lista y un candidato consensuado, logró algo más de cinco puntos. El partido ultra concurrió con tres listas en los respectivos distritos electorales. Está por ver si sus tres diputados actuarán de forma unitaria porque sigue la pugna entre corrientes.

El resultado del Sarre refleja la fragmentación del paisaje político. Por eso ha surgido el debate sobre si habría que bajar el límite del 5% por lo menos al 3%.