EDITORIALA
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Expolio generalizado de las multinacionales

La filial de la multinacional Amazon en Europa tuvo el año pasado unos ingresos de 51.000 millones de euros. A pesar de ello, como viene siendo habitual, va a declarar unas pérdidas de alrededor de 1.200 millones, de modo que no pagará ni un solo euro en impuestos sobre los beneficios. Además, esas pérdidas las podrá descontar de los beneficios que obtenga en el futuro. Que una de las multinacionales más grandes del mundo y que obtiene además ganancias multimillonarias declare año tras año pérdidas en su filial europea es simplemente una tomadura de pelo.

Estas prácticas fraudulentas son comunes en las grandes multinacionales relacionadas con la digitalización de la economía, pero el fenómeno es mucho más general. Se trata de una práctica ampliamente extendida en todo tipo de compañías de cierta entidad. Se han perfeccionado tanto los sistemas para eludir impuestos que el G20 encargó a la OCDE un plan para evitar lo que se conoce como la erosión de las bases imponibles, que no es sino el traslado de beneficios a paraísos fiscales sin pagar impuestos. Los trabajos finalizaron el año pasado con un pacto que implica a 137 países, pero solo será operativo a partir de 2023. En cualquier caso, aunque el acuerdo establece unas normas comunes y un tipo mínimo del 15% a las multinacionales que superen los 750 millones de ingresos, el sistema propuesto está bastante lejos de haber cerrado todas las vías para la evasión de beneficios a los paraísos fiscales.

En Europa indigna mucho que una multinacional como Amazon, propiedad de una de las personas más ricas del mundo, que se permite realizar viajes de turismo al espacio y que pone todas las trabas posibles a la sindicación de sus trabajadores no pague impuestos. Pero es tanto o más sangrante que muchas de las multinacionales europeas que operan en el sur global hagan lo mismo con sus beneficios, hurtando a los países en los que actúan unos recursos fundamentales para mejorar la vida de la gente.