Pauliena Rooijakkers (Canyon) ganó ayer la Durango-Durango Laboral Kutxa Saria disputada sobre 113 kilómetros tras demostrar que era la más fuerte en los veinte finales en ausencia de la dominadora de la Itzulia, Demi Vollering, trasladada a un hospital tras sufrir una caída en la parte inicial, en principio sin consecuencias graves.

En ausencia de su líder, el SD Worx jugó la baza de la joven Niamh Fisher Black, que no pudo seguir a Rooijakkers en la subida de Garai y se tuvo que conformar con la quinta plaza al llegar junto con su compañera Ashleigh Moolman, cuarta.

La neerlandesa ganó en Durango por delante de Veronica Ewers (EF) y Cecilie Uttrup Ludwig (FDJ). Nadine Gill dio un Top 10 al Sopela tras su gran actuación en la Itzulia y Lourdes Oyarbide, 33ª, fue la mejor vasca.

Rooijakkers logró a los 29 años la victoria más importante de su carrera en una temporada en la que ha dado un salto de calidad al acabar undécima en Lieja y Flecha Valona y segunda en la Itzulia. Es una corredora a la que se le dan muy bien las carreras vascas. Ya fue octava en la Emakumeen Bira en 2018 y séptima en la última edición de la Donostia Klasikoa del año pasado. No ganaba desde su triunfo en una etapa en el Tour de Ardèche en 2017.

Naia Amondarain (Sopela), que ya fue protagonista en la última etapa de la Itzulia, entró en la escapada con Sheyla Gutiérrez (Movistar) e Isabel Martín (Río Miera), pero no pudo aguantar con ellas. La del Movistar se quedó en Areitio en solitario y fue la última en ser atrapada tras asegurarse los sprints especiales a 20 de meta en la subida de Goiuria.

Un corte decisivo

En ese momento se marcharon por delante las corredoras del Canyon Paladín y Rooijakkers, junto con Uttrup Ludwig, Ewers y Niamh Fisher Black y todos los equipos más fuertes dieron por bueno ese movimiento.

Rooijakkers dejó a sus rivales en el Muro de San Juan a diez de meta y llegó en solitario a Durango. Ashleigh Moolman saltó del grupo perseguidor y empalmó con su compañera Fisher Black, pero sin poder alcanzar el podio.