El polarizado ambiente político de las pasadas elecciones presidenciales en Francia, un fenómeno desgraciadamente globalizado, volverá a manifestarse en las elecciones legislativas del próximo domingo en el Hexágono.

Difícilmente EH Bai repetirá los buenos resultados cosechados en las elecciones locales del pasado año en Iparralde, donde la labor del paso a paso (urratsez urrats) fue favorablemente valorada por el electorado... y en solitario, con el «apoyo» negativo en segunda vuelta de los que se autodenominan izquierda alternativa al otro lado de los Pirineos, o el mirar para otro lado, apoyando listas de la derecha, del PNB.

Ver la cara del que se dice «lehendakari de todos los vascos» el pasado mayo en la Asamblea de Corsica ante la interpelación del parlamentario Paul-Félix Benedetti (Core in Fronte) da para un análisis sicológico. Ese mismo lehendakari que ningunea sobremanera al pragmático lehendakari de la Communauté d'Agglomération (Euskal Hirigune Elkargoa) Jean-René Etchegaray, una muestra más de lo vengo en denominar abertzalismo dominical jeltzale, siempre tan cómodo entre semana con Madrid y París.

Los candidatos de EH Bai en las tres circunscripciones en las que nos divide al norte el sistema electoral francés esperemos convaliden los resultados obtenidos el pasado año, ahora con el apoyo de los anticapitalistas del NPA. Atrás quedaron décadas en que las sagas familiares de la derecha republicana copaban los cargos legislativos en Iparralde, con algún breve lapso de la amalgama de siglas que giraban alrededor del PSF.

Ahora, en el Estado francés, a diferencia del español, son las versiones «naranja y morada» francófonas las que se disputan dichos puestos, ya que la extrema derecha de Rassemblement National, a pesar de «conquistar» más del 15% del voto, no obtiene ningún cargo institucional representativo, algo de lo que no estamos a salvo en Hegoalde... (sic).

Difícil no optar en la segunda vuelta de las legislativas por la abstención o el voto blanco/nulo, pues habría que decantarse entre el capitalismo desatado de los candidatos de la plancha de Emmanuel Macron o los del jacobino Jean-Luc Mélenchon, para quien las lenguas periféricas del Hexágono no pasan de ser meras anécdotas folclóricas.

Iparralde aurrera, Euskal Herria Bai.