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MOSCÚ

Rusia asegura que las sanciones son peores que en la Guerra Fría

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró ayer que las sanciones impuestas por la Administración Biden a Rusia por la invasión de Ucrania «son las peores desde la Guerra Fría» y que el país se enfrenta a una «guerra económica a gran escala».

Putin, en el Foro Económico de San Petersburgo.
Putin, en el Foro Económico de San Petersburgo. (Olga MALTSEVA | AFP)

«Efectivamente. En primer lugar, restricciones tan graves no se impusieron ni siquiera durante la Guerra Fría», aseguró ayer el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, antes de subrayar que Rusia se enfrenta a una «guerra económica a gran escala». En este sentido, aseveró que el país «hace frente a un estrangulamiento económico y aislamiento» a nivel internacional y señaló que el presidente de EEUU, Joe Biden, ha estado imponiendo sanciones de forma «unilateral».

Peskov sostuvo que las relaciones entre Rusia y EEUU están bajo mínimos e insistió en que «la comunicación es necesaria, tendremos que hablar en el futuro. EEUU no irá a ninguna parte ni tampoco Europa, y tendremos que comunicarnos entre nosotros de alguna manera», indicó Peskov, quien agregó que ahora esa posibilidad no es factible.

La gobernadora del Banco Central de Rusia (BCR), Elvira Nabiulina, durante una conferencia en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, admitió que las condiciones externas han cambiado para mucho tiempo o incluso para siempre la economía del país debido a las sanciones, que impactan en su sistema productivo, logístico y tecnológico, por lo que consideró que Rusia debe reducir su dependencia de las exportaciones y estimular la iniciativa privada.

Según la economista, la situación «es muy compleja, muy desafiante», y por ello se trata de ser «flexible». «Hay que responder a estos cambios de manera proactiva», afirmó.

Sostuvo que Rusia debe repensar este modelo, porque ahora «una parte importante de la producción debe beneficiar al mercado interior». Y abogó por eliminar «la mayoría de las restricciones a las divisas» impuestas por el BCR al principio de la campaña en Ucrania en respuesta a las sanciones a medida que el sistema financiero se estabiliza.

También ayer, el Gobierno ruso aclaró que «no se discute» la posible salida del país de la Organización Mundial del Comercio (OMC), un marco que históricamente le ha dado acceso a ventajas comerciales en el mercado global y al que pertenece desde hace una década, pese que el presidente, Vladimir Putin, dio orden de revisar esa participación a raíz de las sanciones.

Ucrania reúne fuerzas para liberar Jersón mientras espera más armas

Las batallas más feroces en Ucrania siguen centrándose en el Donbass, pero en el sur las tropas ucranianas afirman haber creado una línea de contraataque de hasta 80 kilómetros cerca de la ocupada ciudad de Jersón, en la ribera izquierda del río Inhulets, mientras esperan el armamento pesado prometido por Occidente. Para Kiev, la necesidad de una ofensiva en Jersón, bajo control ruso, adquiere cada vez más importancia, aunque la posibilidad de una ofensiva parece lejana porque son necesarias «muchas más armas».

Por eso, las tropas rusas refuerzan sus posiciones en Zaporizhia y Jersón, y toman medidas defensivas para fortalecer su presencia en el mar Negro. El Ejército ucraniano dijo tener al puente de Kerch, que une Crimea con el continente ruso como «objetivo número uno», aunque Moscú afirma haber tomado ya medidas.

Mientras, prosiguen los combates en Severodonetsk, donde unos 2.500 militares ucranianos y un millar de civiles siguen bloqueados en la planta química Azot, adonde entraron ayer las milicias prorrusas, según las autoridades de Lugansk; las de Donetsk alertaron de que tras los bombardeos ucranianos sus milicias buscarán tomar territorios fuera de la región para crear una zona colchón y garantizar su seguridad. GARA