GARA
BERLÍN

Rusia reanuda el suministro de gas a Europa a la misma capacidad reducida

Rusia ha abierto el grifo de su gas a Europa al volver a poner en funcionamiento el gasoducto Nord Stream 1. Tras diez días de parada programada para labores de mantenimiento, el envío se reanudó ayer por la tubería que conecta los campos gasísticos de Siberia con el norte de Alemania, desde donde es exportado hacia otros estados europeos.

Imagen del Nord Stream 1, gasoducto de 1.224 kilómetros a través del Mar Báltico.
Imagen del Nord Stream 1, gasoducto de 1.224 kilómetros a través del Mar Báltico. (John MACDOUGALL | AFP)

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, lo había asegurado hace dos días en Teherán: «Gazprom siempre ha cumplido y seguirá cumpliendo todas sus obligaciones». Pero en Bruselas eran escépticos y creían que Moscú no volvería a enviar gas a través de Nord Stream 1, en parada técnica hasta ayer. De hecho, la Unión Europea ya trabajaba planes de contingencia ante esa hipótesis y las terribles penurias que conllevaría para su economía y sus sociedades. Putin también propuso otra alternativa para aumentar el suministro de gas a Europa: poner en marcha el gasoducto Nord Stream 2. «Tenemos esa otra ruta preparada, se puede poner en marcha ya».

Con el gasoducto Nord Stream 1, la posición de Rusia era clara: si no recuperaba una turbina de la compañía alemana Siemens retenida en Canadá, esa ruta solo podía bombear 30 millones de metros cúbicos de gas diarios en lugar de los 60 millones actuales. Y a finales de julio otra turbina debía parar para trabajos de reparación. Si llegaba la otra turbina, bien, dos en funcionamiento, y si no, solo una, con capacidad de 30 millones de metros cúbicos al día. O sea, que tiene voluntad de enviar gas, pero si Europa se presta a juegos y amenazas con bloquear turbinas o con nuevas sanciones, puede verse perfectamente sin gas. Y tan pronto como el 26 de julio, fecha de parada de la otra turbina.

Europa, directa a la recesión

De confirmarse el cierre del grifo del gas ruso, el FMI considera que Europa camina directa a la recesion. Para Alemania, no hay «justificaciones técnicas» que expliquen la reducción de capacidad, y para la UE todo es un «chantaje deliberado» de Moscú para «vengarse de las sanciones de Bruselas».

Moscú, mientras tanto, alega que no ha recibido la turbina, que esa es una responsabilidad alemana, y que es a Berlín a quien corresponde decidir y tomar acciones decisivas. En medio de este toma y daca, mientras que en Europa suspiran por haber recuperado el suministro aunque sea con una capacidad reducida, los expertos consideran que una crisis energética en la UE, e incluso «escenarios de pesadilla», son inevitables si persisten las circunstancias.

Ante ello, la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von del Leyen, ha llamado a los Estados miembros a reducir su demanda de gas en un 15% como vía para aumentar el stock de gas y derrotar al «chantaje de Rusia». La Comisión ha dibujado dos fases. Reducir el consumo particular de energía, racionar duchas, alumbrados, etc... E intervenir el mercado interno para especificar qué empresas reciben gas y cuánto.

Guerra de nervios

Al final, lo que ocurre se parece a eso. Y cabe preguntarse: ¿quién pierde en una guerra de nervios? El que pierde los nervios.