EDITORIALA

Trabajo y vivienda ahogan la emancipación juvenil

El último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud estima que solamente el 15,5% de los jóvenes entre 16 y 29 años de la CAV y el 13,8% de los de Nafarroa han abandonado el hogar parental. El porcentaje ha crecido unas décimas con respecto al mínimo que se alcanzó durante la pandemia en 2020, pero sigue siendo muy bajo y está lejos de los porcentajes de emancipación de muchos países del norte de Europa. El perfil de estos jóvenes que viven fuera del hogar familiar se caracteriza por su elevada edad -29 años, en el límite del intervalo-, por contar con contrato indefinido, estudios superiores terminados y un salario un 28% superior al del resto de jóvenes.

Las características del perfil exponen al mismo tiempo las causas de esa emancipación tan tardía. Por un lado está la falta de perspectivas laborales estables. Aunque hayan aumentado los jóvenes con contratos laborales, también han crecido los contratos a tiempo parcial no deseados, y la contratación indefinida sigue siendo un sueño para la mayoría. Sin estabilidad laboral es muy difícil empezar a pensar en abandonar el hogar de la familia. Tampoco ayuda a imaginar un futuro autónomo la falta de vivienda asequible. La escasa oferta de viviendas en alquiler y su elevado precio pueden llegar a consumir, según el informe, más de tres cuartas partes del sueldo de los jóvenes. La actual política de vivienda dirigida a extraer la plusvalía del suelo hace que prevalezca la oferta para la venta -que implica una decisión a largo plazo incompatible con la precariedad laboral- sobre el alquiler público que sería una solución habitacional a corto plazo más coherente con las necesidades de emancipación de la juventud.

Esta contradicción entre unas relaciones laborales precarias, que borran el futuro de la imaginación juvenil, y esta política de vivienda, en la que prima el largo plazo, es cada vez más aguda. Esa falta de congruencia entre ambas está constriñendo de forma alarmante las perspectivas de una vida autónoma de la juventud vasca. La edad de emancipación de los jóvenes se puede considerar un indicador sintético de sus condiciones de vida y la nota no puede ser más baja.