Dejamos Países Bajos con el objetivo cumplido al estar en la fuga con Mikel Iturria. Como la de ayer no se fue en el primer ataque, cuesta más que el año pasado con gente de calidad. Todo el día fue de mucha tensión, por pueblos, pavés, viento, cuatro horas con mucha velocidad. Aunque no lo parezca por la tele, un día de mucho desgaste y mucha paliza.

El sábado me escapé yo. Fui con la idea de cerrar un hueco, no esperaba ir para adelante y encantado. Siempre es bonito ser protagonista en una carrera como la Vuelta. Conseguí romper el hielo y entrar en dinámica porque a veces dejas las fugas para luego, cuesta cogerlas y tienes una presión añadida. Ya tengo una y espero que las de ahora sean las que lleguen a meta y pelear.

Ha sido increíble la cantidad de gente que ha habido en los pueblos y en todas las rotondas repletas de gente, con tres o cuatro filas de personas en esos tramos. Sorpende mucho y todo el día con el ruido del público, de las bocinas...

Tras la etapa nos han puesto un hotel para ducharnos y un bus para ir al aeropuerto a coger un avión a Loiu y luego otro autobús al hotel de Araia. Tengo muchas ganas de llegar a las etapas de casa en un escenario diferente al de estos días. Las etapas y las carreteras no van a tener nada que ver. Hasta ahora hemos ido con la tensión, el viento, el paso por los pueblos... Todos los días a tope. Será muy distinto e intentaremos ser protagonistas. Somos un equipo invitado y debemos intentar estar en las fugas.