EDITORIALA

Independencia para lograr una sociedad más justa

En la segunda jornada de la Bandera de la Concha, día de deporte y fiesta en Donostia, tuvo cabida una reivindicación que hacía tiempo no se oía de forma masiva en las calles de Euskal Herria, la de independencia, en una manifestación convocada por Sortu. Tras un saludo especial para los presos, exiliados y deportados vascos, quienes tantos años han centrado la atención en ese mismo escenario, los convocantes de la marcha bajo el lema “Independentziaren indarra” aseguraron que la independencia es la solución ante la inestable situación que se vive.

No pocos se preguntarán por la pertinencia de esa reivindicación en el contexto actual de crisis económica, social y de valores. Una crisis que sigue a otras anteriores y tendrá continuidad agravada. Aun reconociendo la gravedad de la situación, los diversos gobiernos apelan a la unidad para afrontar algo que pretenden inevitable, sobrevenido sin que nadie lo deseara. Nada más lejos de la realidad. No hay más que echar la vista atrás para ver que tras cada crisis que ha golpeado a la mayor parte de la ciudadanía, dejándola en situación de mayor vulnerabilidad, especialmente a los más desprotegidos, las grandes fortunas han crecido. Y no hay más que ver las propuestas de gobiernos y otras instituciones, incapaces no ya de cambiar, sino siquiera frenar los desmanes que proporcionan beneficios históricos a unos pocos, gracias precisamente a los poderes políticos que están a su servicio. Todos unidos, dicen. ¿Todos los españoles? ¿Los europeos? ¿Todo el mundo? ¿Trabajadoras, jubilados, paradas, empresarios, presidentes y consejeros de las grandes corporaciones?

Pocos dudan de la necesidad de un cambio cualitativo, profundo, y los gobiernos de los estados tienen los instrumentos para ese cambio, pero no la voluntad para materializarlo, una voluntad mayoritaria en Euskal Herria pero carente de esos instrumentos que solo la independencia puede procurar. Ayer, en un día tan señalado para las naciones sin Estado como la Diada en Catalunya, miles de voces proclamaron la necesidad de la independencia de Euskal Herria como camino para lograr una sociedad más justa.