Cinco días después de la muerte de Mahsa Amini tras su detención en Teherán, las protestas continúan creciendo en numerosas ciudades iraníes, sobre todo en Kurdistán Oriental (Rojihlat), donde ayer había informes de al menos cinco muertes.

Además, al menos 221 personas han resultaron heridas y otras 250 detenidas como consecuencia de los ataques policiales a las protestas, en las que se corean lemas como «Muerte a la dictadura», y «No queremos una república islámica» que también han resonado en calles de Teherán.

El Gobierno iraní no logra contener las protestas, que comenzaron tímidamente el viernes al conocerse la muerte de Amini tras ser detenida por la Policía de la moral por llevar mal el velo y se han ido extendiendo, cada vez mayores, a más puntos del país.

Ni la represión policial con material antidisturbios ni las promesas del presidente, Ebrahim Raisi, de que se investigará la muerte de Amini ni el envío de emisarios del líder supremo de Irán, Ali Jamenei, a la familia de la fallecida han sido suficientes para poner fin a las manifestaciones.

Vídeos compartidos en redes sociales por periodistas y activistas iraníes mostraron duros choques en numerosas provincias o gestos simbólicos como mujeres tirando sus velos a hogueras callejeras o una joven cortándose el pelo en la ciudad de Kerman, en el sureste de Irán, mientras a su alrededor otros manifestantes gritaban «Muerte al dictador».

Ayer, de nuevo, los manifestantes gritaron «Justicia, libertad y no al hiyab obligatorio» y «Mujeres, vida, libertad».

Las autoridades aseguraron también que un policía murió durante las manifestaciones.

«Enemigos extranjeros»

El gobernador de la provincia del Kurdistán, Esmail Zarei Kusha, atribuyó las muertes a disparos de «los enemigos del sistema y con armas que ninguno de los miembros de seguridad de la provincia utiliza». A su vez, el gobernador de Teherán, Mohsen Mansouri, acusó a «la intervención de embajadas y servicios extranjeros».

Por otra pare, las autoridades advirtieron de que el acceso a Internet podría verse restringido por «motivos de seguridad», si bien las restricciones comenzaron a notarse desde el mismo viernes. Mahsa Amini fue detenida el martes de la pasada semana por la llamada Policía de la Moral en Teherán y trasladada a una comisaría para asistir a «una hora de reeducación» por llevar mal colocado el velo.

Horas más tarde era ingresada en el Hospital Kasra de la capital en coma tras sufrir un ataque al corazón, y murió el viernes. En un primer momento, las autoridades afirmaron que la joven sufría problemas de salud, pero la familia lo ha negado.

La Policía lo considera «un incidente desafortunado» y niega que la joven fuese golpeada o maltratada bajo custodia policial.

Teheranek nazioarteko kritikak errefusatu ditu

Mahsa Aminiren heriotzagatik nazioartean egindako kritikak errefusatu ditu Irango Gobernuak eta beste herrialde batzuei leporatu die giza eskubideak erabiltzea herrialde persiarrari erasotzeko. Atzerri Ministerioak bereziki AEBak aipatu zituen, terrorismo ekonomikoa egotzita. «AEBetako Gobernua Irango nazioaren eskubideen urratzaile nagusia da, eta ezin du bere burua Irango herriaren defendatzaile gisa aurkeztu frogatu ez diren akusazioak eginez», gaineratu zuen. AEBek «erantzukizunak» eskatu zituzten eta Giza Eskubideetarako NBEren goi-komisionatu ondoko Nada Al-Nashifek ikerketa independentea egiteko eta nahitaezko hiyaba ezartzen duten lege guztiak indargabetzeko eskatu zuen. Irango presidente Ebrahim Raisik giza eskubideekin eta, zehazki, emakumeen eskubideekin «neurri bikoitza» izatea leporatu zien.GARA