La niebla retrasó el despegue del avión que trajo ayer a Euskal Herria a la secretaria de Estado de Ruralidad, Dominique Faure, y su respuesta a las demandas de los actores de la política transfronteriza se quedó en la misma nebulosa.

En declaraciones a los periodistas antes de entrar, poco antes de las 11.00, al Teatro Michel Portal, Faure ya dejaba entrever que no traía en la cartera soluciones para mitigar los impactos del cierre de la muga al no estar habilitada para abordar una cuestión que, sin embargo, acaparó el encuentro de la Misión Operacional Transfronteriza (MOT).

Su intervención en el cierre del foro deparó buenas palabras cara a apoyar la labor que realiza desde hace 25 años esa entidad y, en general, para reforzar «de la mano de las administraciones locales y quizás con ayuda de un espacio interministerial» la coordinación en materia de política transfronteriza. Una propuesta destinada a compensar la «falta de coherencia» de ciertas actuaciones que, en la pandemia, «fragilizaron incluso las experiencias transfronterizas más arraigadas», asumió.

De Donostia a Baiona

El balance, bien controvertido, de las medidas anti covid-19 en las fronteras ocupó buena parte de las intervenciones que se escucharon en un foro en el que ganó apoyos un proyecto, ya evocado en la jornada de trabajo celebrada la víspera en Donostia, como es la creación de un observatorio transfronterizo.

El director general de la MOT fue el encargado de presentar las principales conclusiones de un estudio que ha sido puesto ya en manos de la Comisión Europea.

En el mismo se constata la «falta de coordinación» que evidenció el periodo de la pandemia en el que, recordó Jean Peyroni, «miles de europeos vieron cómo quedaban enmarcados, de un día para el otro, en el terreno estatal al haber desaparecido su espacio de vida transfronterizo».

El director general de la MOT abogó por debatir y pactar los contornos de «una nueva democracia transfronteriza» que se base en «la funcionalidad» pero que no pierda de vista «la rica diversidad cultural y lingüística» de los territorios transfronterizos.

Los derechos laborales, la diversidad lingüística o los retos de la movilidad fueron evocados por otros ponentes. Fue el caso de la intervención de Mathieu Bergé, responsable del área de relaciones tranfronterizas en el Consejo Regional de Nueva Aquitania. No obvió «la dolorosa realidad» de la muga, siguiendo la estela del delegado catalán Nicolas Garcia, conmovido por haber visto «bloques de piedra y barreras en Euskal Herria como los que cierran los pasos catalanes».

En su discurso de clausura, el lehendakari de la Mancomunidad Vasca, Jean-René Etchegaray, reclamó un «trato humano» para los migrantes y clamó por la reapertura de una muga cuyo cierre consideró «una vergüenza».

Euskal Elkargoak hobetsi duen lan eremua

Hego Euskal Herriko bi administrazioek eta egun Akitania Berria izena duen eskualdeak euroeskualdea osatu zuten 2011n. Alta, Euskal Elkargoaren sorrerak elkarlana «birlokalizatzeko» aukera irudikatu zuen. 2017an sorturiko erakundeak hasieratik sartu zuen mugaz gaindiko elkarlana bere agendan. Joseba Erremundeguy kontseilariak atzo oroitarazi zuenez, eskuduntza horretaz jabetzea «lurraldearen aldeko hautua» izan zen. Lan arlo horren ardura izanik, berari egokitu zaio Euskal Elkargoaren bultzadapean atzo hasi eta gaur amaituko den Mugaz Gaindiko Topaketen lehen edizioa antolatzea.

Europa berria eraikitzeko «motor bat» litzatekeen mugaz gaindiko errealitatea nola garatu, benetako «bizitzeko esparru» bilakatu dadin; hori izanen dute aztergai Baionan hautetsi zein adituek. Pau edo Bordeleko erakundeekin batera aurreratutako lana alboratu gabe, Euskal Herria lankidetza eremu gisa mamitzeko nahikeria islatzen du Euskal Elkargoak bultzaturiko ekimenak. M. U.