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ASTANÁ

Moscú percibe interés de Erdogan en hacer de Turquía un nudo de distribución de gas ruso

Rusia afirma que Turquía está interesada en convertirse en un nudo de distribución de gas ruso hacia Europa, como propuso Vladimir Putin a Recep Tayyip Erdogan en un encuentro en el que aseguraron que no se habló de negociación ni de la guerra en Ucrania.

Una columna de humo se eleva en una central eléctrica ucraniana atacada en Donetsk.
Una columna de humo se eleva en una central eléctrica ucraniana atacada en Donetsk. (Yasuyoshi CHIBA | AFP)

Turquía se ha mostrado «bastante interesada» en la propuesta de Rusia de crear en territorio turco un centro de distribución del gas ruso para terceros países, especialmente europeos, según afirmó el Kremlin tras la reunión entre los presidentes ruso, Vladimir Putin, y turco, Recep Tayyip Erdogan, en Astaná.

«La parte turca reaccionó con bastante interés a esta iniciativa del presidente Putin y los mandatarios impartieron instrucciones de ver este asunto rápidamente», aseguró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.

Putin propuso formalmente a Erdogan crear en Turquía un centro de distribución del gas ruso y una plataforma para «regular fácilmente los precios exorbitantes sin matices políticos».

El mandatario ruso recalcó que Turquía es la ruta «más fiable actualmente para el suministro a Europa» a través del gasoducto TurkStream. Tendido por el fondo del mar Negro, puede transportar hasta 31.500 millones de metros cúbicos de gas anualmente. Bulgaria, Grecia, Serbia, Rumanía, Hungría y Macedonia del Norte, además de Turquía, reciben suministros por esta vía.

La intención de Putin es desviar el tránsito de gas perdido por la ruta del mar Báltico por los gasoductos Nord Stream -deshabilitados total o parcialmente por los sabotajes y por el bloqueo de Alemania- a la región del mar Negro.

La oferta reforzaría el papel de Ankara en el tablero geopolítico y el ministro ruso de Energía, Nikolai Shulgínov, afirmó que también se debería negociar con los países europeos «amistosos», como sería el caso de Hungría que quiere someter a referéndum las sanciones europeas a Moscú.

Pero Peskov admitió que actualmente no hay contactos sobre los suministros de gas con Europa, que está tratando de reducir su dependencia del gas ruso, y el propio Gobierno francés desdeñó ayer el proyecto afirmando que «no tiene sentido crear nuevas infraestructuras» cuando intentan cortar este vínculo. Sin embargo, el consejero delegado de Gazprom, Alexei Miller, que acompañó a Putin en Astaná junto a otros empresarios y banqueros, aseguró, que los dos países han acordado moverse rápido y que la próxima semana empezarán a determinar el calendario de las negociaciones sobre la propuesta rusa y su implementación, «a nivel corporativo y con el ministro de Energía de Turquía». Erdogan, por su parte, propuso que Moscú exporte fertilizantes a países en vías de desarrollo a través de Turquía.

Los presidentes ruso y turco hablan con frecuencia, con Erdogan intentando asumir un papel de mediador en la guerra de Ucrania, en la que Ankara respalda diplomáticamente a Kiev, pero sin imponer sanciones a Rusia y manteniendo una buena relación con Moscú.

No hablaron de negociación

De lo que, según el Kremlin, no hablaron ayer fue de una posible negociación entre Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra ni de la propuesta de Ankara de impulsar el diálogo entre Moscú y Occidente, en contra de lo que se esperaba. Erdogan había adelantado en la cumbre de líderes de la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA) que se celebró horas antes que su objetivo es «mantener el impulso logrado y, pese a la dificultades en el terreno, conseguir cuanto antes un alto el fuego y detener el derramamiento de sangre» en Ucrania.

El diario “Milliyet” indicó recientemente que Turquía está lista para organizar conversaciones entre Rusia, EEUU, Estado francés, Alemania y Gran Bretaña, un plan que ya habría sido presentado a Washington, pero si ayer estuvo sobre la mesa, evitaron hacerlo público.

Sistemas antiaéreos

Mientras, en el lado occidental el aumento del tono belicista no muestra interés negociador. El representante diplomático de la UE, Josep Borrell, advirtió de que la UE, la OTAN y EEUU «tampoco están para faroles» y que responderán y el Ejército ruso sería «aniquilado» si lleva a cabo un ataque nuclear. A la vez, la demanda de Kiev de sistemas antiaéreos sigue recibiendo respuestas. Tras la llegada del alemán Iris-T SLM, también recibió el primero de los NASAM estadounidenses-están previstos ocho-. Gran Bretaña enviará municiones capaces de abatir misiles de crucero y el Estado francés confirmó la entrega de nuevos cañones César. También la OTAN prometió cientos de inhibidores antidrones.

Un notable refuerzo acelerado por los últimos ataques rusos con misiles que alcanzaron al 30% de la infraestructura eléctrica ucraniana y dejaron sin electricidad buena parte del país.

El operador ucraniano aseguró ayer que se había estabilizado el suministro en todas las regiones, aunque temía nuevos cortes si siguen los bombardeos.

Rusia lanzó ayer ataques en nueve regiones, con drones kamikaze, lanzacohetes múltiples, misiles y artillería pesada, según el parte militar ucraniano.

Evacuación en Jerson

Además, fuerzas prorrusas tomaron dos localidades cerca de la estratégica ciudad de Bajmut, a cuyas puertas se encuentran.

Si logran hacerse con ella, supondría un avance ruso en la región de Donetsk, donde Kiev ha retomado miles de kilómetros cuadrados.

A la vez, ataques ucranianos en Jerson, al sur, obligaron al gobernador, Volodymyr Saldo, a pedir a sus ciudadanos que evacuaran la región y el Ejecutivo ruso comenzó a organizar el traslado hacia varias regiones de Rusia.

Berlín lidera un proyecto de escudo antimisiles de 15 estados europeos

Los ministros de Defensa de catorce países europeos de la OTAN, además de Finlandia, firmaron ayer una carta de intenciones para el desarrollo de una «Iniciativa de Escudo del Cielo Europeo», un proyecto encabezado por Alemania, que pretende crear un sistema europeo de defensa aérea y antimisiles mediante la adquisición común de equipos. El plan prevé reforzar a su vez la defensa integrada aérea y de misiles de la OTAN. «Este compromiso es aún más crucial hoy, ya que somos testigos de los despiadados e indiscriminados ataques con misiles de Rusia en Ucrania, que matan a civiles y destruyen infraestructuras críticas», defendió el vicesecretario general de la OTAN, Mircea Geoana. Alemania, Bélgica, Bulgaria, Chequia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Noruega, Países Bajos, Gran Bretaña, Rumanía y Finlandia integran este proyecto. Según la OTAN, permitirá a todos las Estados participantes desarrollar conjuntamente un sistema de defensa aérea utilizando soluciones interoperables y listas para usar GARA