El político de la LegaLorenzo Fontana, un católico ultraconservador de 42 años conocido por sus posiciones contra el aborto, la eutanasia, el colectivo LGTBI y la inmigración, fue elegido ayer presidente de la Cámara de Diputados italiana, el tercer cargo más importante del país tras el jefe del Estado y el presidente del Senado, en una votación que volvió a poner, de momento, de acuerdo a los partidos de la coalición de derechas que ganó las elecciones, después del desencuentro en el Senado.

Considerado uno de los grandes exponentes del ala dura del partido, varios diputados colocaron como protesta una pancarta que decía: «No a un presidente homófobo pro-Putin» y que fue retirada inmediatamente.

Fontana recibió los votos de la Lega, pero también de sus aliados en la derecha: Fratelli d’Italia, que encabeza la futura primera ministra, Giorgia Meloni, y Forza Italia, de Silvio Berlusconi.

Los senadores de Berlusconi no votaron el jueves en la elección del presidente del Senado y en la que salió elegido Ignazio La Russa, brazo derecho de Meloni. Forza Italia está molesta por el reparto de los ministerios del nuevo Ejecutivo y por el veto de Meloni a Licia Ronzulli para ser ministra.

Como muestra del desencuentro, una fotografía capturada durante la sesión inaugural del Senado mostró los apuntes del Berlusconi sobre su socia: «obstinada, prepotente, arrogante y ofensiva».

Meloni prevé dar el mismo número de carteras a la Lega (8,9%) y a Forza Italia (8,6%).

Fontana

«La familia natural está siendo atacada. Quieren dominarnos y borrar a nuestro pueblo» es una de las frases que retratan al presidente de la Cámara de Diputados. Fontana celebró en sus redes sociales el aniversario de la batalla de Lepanto, un triunfo «contra el avance otomano» donde «la Europa cristiana, orgullosa de su identidad, logró una victoria extraordinaria».

Se ha mostrado muy crítico con el presidente de EEUU, Joe Biden, frente a «los patriotas republicanos», y defiende con entusiasmo a la Rusia de Vladimir Putin como «la referencia para los que creen en un modelo identitario de sociedad» gracias al «gran despertar religioso cristiano registrado en el país».