Natxo MATXIN
OSASUNA

Chimy prolonga la racha rojilla en un estadio históricamente maldito

El delantero argentino firmó un doblete en la primera parte que permitió a la escuadra navarra conseguir su cuarta victoria en Balaídos, llegar a los 23 puntos antes de la visita del Barcelona este martes y continuar instalado en posiciones europeas.

Con sus dos golazos, Chimy Ávila fue el gran protagonista en Balaídos.
Con sus dos golazos, Chimy Ávila fue el gran protagonista en Balaídos. (Eugenio ÁLVAREZ | LOF)

Mejor prueba de fuego que Balaídos no podía tener Osasuna para prolongar su racha positiva de resultados de las últimas cuatro jornadas. Tradicionalmente, el estado celtiña siempre se la he dado mal al cuadro rojillo, pero ayer conquistó su cuarta victoria allí gracias al doblete de lujo de un Chimy Ávila que está de dulce.

Diez puntos de doce disputados es un parcial muy meritorio para un bloque que ya acumula 23 en su casillero y se mantiene en posiciones europeas, codeándose con clubes que disponen de un presupuesto económico bastante más considerable.

Como señaló su técnico a la conclusión del choque, este equipo está ahora mismo «con la flecha hacia arriba» y todo le sale de cara. Porque, a decir verdad, el envite de Vigo estuvo cargado de una buena dosis de sufrimiento, aunque el acierto en ambas áreas fue el que decantó el triunfo del lado navarro.

Pese al apiñamiento de compromisos, Arrasate optó por repetir con el mismo once que logró doblegar al Valladolid hace una semana, desplegando además un juego que encandiló a la grada. Esa confianza se la devolvieron sus jugadores, que salieron al feudo celtiña con la intención de tratarle de tú a tú a unos anfitriones acuciados por sus malos resultados y dispuestos a aguarle la fiesta al estreno de Carlos Carvalhal en el banquillo, como así ocurrió.

Y, cuando se está de dulce, suele suceder lo que pasó, que Osasuna se adelantó en el luminoso en la primera ocasión clara del que dispuso. Un latigazo de Chimy Ávila, que se iba a convertir en el gran protagonista del encuentro, puso por delante a los visitantes, cuando apenas se habían cumplido ocho minutos de juego.

Era el escenario soñado para un conjunto al que esta temporada gusta de cuidar el balón, una filosofía favorecida por ese 0-1 que suponía aumentar los nervios de un adversario que, con ese resultado y en función de lo que haga el Sevilla, puede caer hoy a puestos de descenso. Sin embargo, la necesidad local empujó a Osasuna varios metros atrás, perdiendo la iniciativa y viéndose sometido por un Celta que bien pudo empatar en dos lances de Galán y Unai Núñez, este último evitado por la ágil intervención de un Aitor Fernández que en la segunda parte echaría el cerrojo a su marco.

INTERVENCIÓN DEL VAR

La igualdad, en todo caso, llegó poco después, mediante un zurdazo de Iago Aspas, alma máter de este equipo, tras un centro de Cervi desde el costado zurdo, flanco en el que los rojillos sufrieron para cerrarlo durante esa fase del choque. Pese a todo, el 1-1 fue bien encajado por los pupilos de Arrasate, que volvieron a desplegar líneas en un nuevo intento por volver a adelantarse.

Y lo lograron al filo de la media hora, con un testarazo picado del Chimy, que estaba bastante lejos de la portería, pero que le imprimió la suficiente fuerza y colocación como para hacer imposible la estirada de Marchesín.

A Osasuna le tocó apretar los dientes en el segundo periodo, aunque también dispuso de oportunidades para finiquitar el envite, con sendos cabezazos de Budimir y un empalme de Nacho Vidal.

Pasó el mal trago de ver cómo un quisquilloso Figueroa Vázquez pitaba penalti por manos de David García, que el VAR le obligó a rectificar en el 77, y Aitor se tuvo que emplear a fondo para impedir la segunda diana celtiña. Así, el arrasatearra le negó el gol en dos ocasiones a Paciencia, especialmente con una mano meritoria en el 89.