GARA
ANKARA

Suecia corteja a Turquía a costa de los kurdos, pero Erdogan pide más

El primer minsitro sueco, Ulf Kristersson, prometió al presidente turco que «cumplirá sus compromisos» dejando entrever que endurecerá su política hacia los kurdos para vencer el veto turco a la entrada sueca en la OTAN. Pero Erdogan, con elecciones a la vista, pide más.

Ulf Kristersson con Recep Tayyip Erdogan.
Ulf Kristersson con Recep Tayyip Erdogan. (Adem ALTAN | AFP)

El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, prometió ayer a Ankara «respetar todas sus obligaciones hacia Turquía en la lucha contra la amenaza terrorista», con el fin de eliminar cualquier obstáculo a su entrada en la OTAN, en referencia a la extradición de refugiados kurdos.

Para atar estos compromisos, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció una nueva reunión a fin de mes en Estocolmo, en la que dijo que esperaba «una conclusión más positiva». «Esperamos sinceramente que la adhesión de Suecia a la OTAN se materialice», declaró el presidente al término de este primer encuentro, subrayando que Suecia debe «apoyar nuestras propias preocupaciones en términos de seguridad».

Turquía bloquea desde mayo la entrada en la OTAN de Suecia y Finlandia, acusando a los dos países nórdicos de proteger a los combatientes kurdos del PKK y las YPG.

Kristersson aseguró que Suecia «ya ha hecho mucho para implementar el memorando» de entendimiento firmado en Madrid en junio, insinuando el próximo endurecimiento de las «leyes antiterroristas» en Suecia, lo que sugiere un cambio de actitud hacia los refugiados kurdos, que ya adelantó el ministro sueco de Exteriores el fin de semana.

Turquía ha elogiado el giro del nuevo Gobierno sueco, pero insiste en solicitudes de extradición específicas y no oculta su impaciencia, ya que desde mayo Suecia ha llevado a cabo solo una extradición de un acusado de fraude. En esa lista de supuestos «terroristas» incluye al periodista Bülent Keles, exdirector del diario turco “Today's Zaman”.

Erdogan también insistió ayer a Kristersson en la extradición de los partidarios del predicador Fethullah Gülen.

Pero no va a dar ningún paso antes de las elecciones presidenciales y legislativas en Turquía, previstas para junio de 2023. «Hay tiempo hasta julio y tenemos unas elecciones en junio. (...) Tenemos elecciones en siete meses y debemos mostrar nuestra postura al pueblo. Nuestros amigos lo entenderán», explicó Erdogan.

El presidente turco juega sus cartas para sacar a la vez rédito de las elecciones, de su relación con Rusia o de las compras militares, como los F-16 estadounidenses.