Dabid LAZKANOITURBURU

Golpe estratégico y/o rebote negociador

Tal y como presagiaba la evacuación masiva de civiles, Rusia ha confirmado la anunciada «decisión difícil» de retirada de Jerson, la única capital regional en sus manos desde la primera semana de invasión. Retirada que justifica para proteger la vida de civiles y soldados y coincide con las denuncias de rusos movilizados recientemente que aseguran haber sido lanzados hace días a una ofensiva suicida en Pavlivka (Donetsk).

El repliegue a la otra orilla del Dniéper avala a los analistas ucranianos que aseguraban que aguantar en Jerson con el gran río a la espalda no tenía sentido militar para Rusia.

Todo ello un mes después de que Moscú anunciara la anexión, entre otras, de la provincia de Jerson, que siguió a la retirada de la provincia también rusófona de Jarkov y coincidió con otro repliegue ruso en Liman, también en Donetsk

El nuevo golpe es duro y no solo simbólicamente. La artillería ucraniana, con los Himar estadounidenses, blinda ya su salida al Mar Negro ( Odesa) y tiene Crimea a tiro.

La portavoz rusa de Exteriores, Maria Zajarova, reitera la disposición rusa a negociar. ¿Una retirada-guiño a EEUU para que presione a Kiev a negociar desde una posición de fuerza tras haber recuperado más del 50% de territorio perdido?