Este sábado, a la calle
Este sábado hay una nueva llamada a juntarnos toda la gente progresista de Navarra. Diríamos que es por un tema de enorme actualidad, si no fuera porque es una lacra que nos ha acompañado a lo largo de parte de nuestra vida.
Vivimos en nuestra niñez los tiempos del hambre y con el hambre, el silencio, el miedo y el terror.
Vivimos más tarde, con el franquismo todavía vivo, años de lucha y esperanza; empezamos a hablar y participar de la clase obrera, de la solidaridad, de la confluencia en las diversas luchas, en las fábricas y barrios, por salarios dignos, por trabajos fijos, por un pueblo soberano y euskaldún.
No podemos olvidar la influencia que en aquellos años supuso la sola existencia de la Unión Soviética; ella servía de freno a algunos desmanes del capital y azuzaba nuestras luchas al saber que podíamos ganar.
La pobreza seguía, sobre todo cuando se dio la debacle de la URSS y el capital quedó dueño y señor. Hoy, tristemente, a pesar de tantos adelantos, sigue siendo actual la necesidad de gritar: pobreziarik ez!
Esta pobreza se asienta en los diversos estratos de la vida, obligando a miles de personas a vivir en la indigencia, de la caridad que se agota, sin posibilidades de buena alimentación, educación, etc.
Las personas jubiladas la palpamos en las pensiones mínimas, en las mujeres sin pensión, en quienes han tenido por diversos motivos una vida laboral precaria. Las grandes diferencias de sueldos se agrandan en las pensiones. Cierto que hay pensiones dignas, envidia para sueldos de miseria, pero es muy larga la lista de quienes no pueden llegar a fin de mes entre nosotros y nosotras. A pesar de que en nuestras movidas de pensionistas hay algo que reseñar, es la mutua solidaridad, la situación no deja de ser vergonzante.
¡Es digno de constatar cómo nos engañan! Las pequeñas dádivas de subidas quedan ahogadas en la subida de los precios; a la hora de la verdad lo que dicen que nos suben son bajadas.
No pintan buenos tiempos. Mientras el gran capital tenga la sartén por el mango, mientras ellos impongan los precios, lo que nos puedan dar serán parches y además con fecha de caducidad. Están que se salen, alardeando de millones y hasta se atreven (¿dónde están los jueces?) a invitar a morirnos pronto.
Pero es necesario salir y protestar por si algo podemos conseguir y sobre todo por mantener la llama de la lucha y solidaridad, animando a las generaciones que nos siguen a luchar y conseguir un cambio total.