EDITORIALA

Una reforma que culpa a los trabajadores del paro

El Gobierno francés presentó ayer a los interlocutores sociales su proyecto de reforma del seguro de desempleo. La principal modificación es que se reducirá el tiempo durante el que los desempleados reciben la prestación, en un 25% aproximadamente, cuando la tasa de desempleo sea inferior al 9%. Considera el Ejecutivo galo que con su idea contribuirá a que el próximo año haya entre 100.000 y 150.000 personas más trabajando. La patronal, como suele ser habitual, aplaudió la propuesta gubernamental mientras que los sindicatos la consideraron «inaceptable». A su juicio, en un momento en el que la tasa de paro está en el 7,4%, implementar la propuesta de reforma supone una bajada generalizada del 25% del seguro de desempleo.

El aspecto cuantitativo de la reforma es importante porque recorta drásticamente la protección a las personas desempleadas, pero es todavía más transcendental el aspecto cualitativo. La propuesta gubernamental insiste en reforzar la percepción de que el que no trabaja es porque no quiere. Subraya la idea de que hay puestos de trabajo sin cubrir porque las personas paradas cobran el seguro de desempleo. Esa noción sirve además para ocultar la realidad de unas relaciones laborales precarias que se caracterizan precisamente por la ausencia de ofertas de trabajo dignas. La perversidad de la reforma reside en que con ella se culpabiliza a los desempleados de que no tengan trabajo, a la vez que esconde la degradación de las relaciones laborales. En ese contexto de precariedad, recortar el seguro de desempleo obligará a las y los trabajadores sin empleo a aceptar cualquier oferta. De este modo, el Gobierno galo continúa el camino de debilitar la protección social y subordinarla a las necesidades de una patronal que se guía únicamente por la codicia.

Sorprende lo bien ajustado que se ha preparado el recorte. Ayer mismo el FMI sacó una nota conminando al Estado francés a empezar en 2023 la «consolidación fiscal», algo que no le exige ni la Unión Europea. Entre las reformas pendientes, cómo no, está la del seguro del desempleo. Una gran envolvente para doblegar la voluntad de lucha de los trabajadores.