Amaia U. LASAGABASTER
LA LIGA EN SEGUNDA

Trayectorias dispares y mucho trabajo por delante

Con epílogo copero, la Liga en Segunda para recién alcanzado su ecuador. Eibar y Alavés completan la primera vuelta intercambiando sensaciones. Los azulgranas han ido de menos a más para acabar con un diciembre espléndido que les permite despedir 2022 en puestos de ascenso directo. El equipo albiazul, por el contrario, cae al play-off tras cerrar el año encadenando cuatro derrotas ligueras.

(Jaizki FONTANEDA | FOKU)

Con el epílogo copero, en el que tampoco se pusieron de acuerdo -se clasificaron los albiazules, cayeron los armeros-, Eibar y Alavés han cerrado la primera vuelta de la Liga transitando caminos opuestos. Le costó más arrancar al equipo guipuzcoano, que despedirá 2022 en ascenso directo gracias a un diciembre deslumbrante. El Alavés, por el contrario, se ha movido entre el primer y el segundo puesto durante prácticamente tres meses, pero las cuatro derrotas consecuticas que ha encajado en el cierre de año le han enviado a play-off, más cerca ahora del séptimo puesto que del segundo que ocupa al Eibar.

A ambos, en cualquier caso, les queda un largo camino por recorrer. Porque la Segunda, con sus 42 jornadas y una igualdad tan atractiva para el espectador neutral como desesperante para los implicados, se eterniza, impidiendo que nada pueda darse por seguro hasta el último minuto. Los armeros pueden dar fe de ello. También lo dicen las estadísticas, que no tienen rango de ley pero algo cuentan.

En las doce temporadas transcurridas desde que se estableció el play-off de ascenso, sólo el liderato da cierta seguridad a estas alturas. De los doce líderes en el ecuador de la Liga, once han acabado ascendiendo de forma directa. Por el contrario, de los segundos, sólo tres han acabado entre los dos primeros puestos. Curiosamente, eso pinta un futuro más halagüeño para el Alavés -diez equipos en play-off a estas alturas han ascendido directamente a final de curso en estas doce campañas- que para el Eibar aunque no es lo que se desprende ahora mismo ni de los numeros, ni de las sensaciones con las que han despedido el año los dos equipos.

INTRATABLE EN CASA

Al Eibar le ha costado cerrar la cicatriz de Alcorcón, visto el runrún que despierta cada duda, cada dificultad y cada tropiezo.

No ha habido muchos, especialmente en casa, donde se muestra intratable. Ganó los primeros cuatro partidos, no ha perdido ninguno y sólo Mirandés, Albacete y Alavés se han llevado puntos. Sus problemas a domicilio durante el primer tercio de Liga le pasaron factura en la clasificación, donde no pisó el ascenso directo hasta la 20ª jornada, gracias a su arreón de diciembre.

La clave está atrás. Con Stoichkov menos fino y Aketxe, que había empezado el curso repartiendo asistencias como un crupier, lesionado durante semanas, al Eibar le cuesta ver puerta -ha marcado siete goles menos que el año pasado- . Pero ha ganado en seguridad defensiva -también ha encajado siete menos-, en lo que, con la zaga diezmada por las lesiones, tiene que ver el trabajo coral y, sobre todo, la labor de Sergio y Matheus.

Además del brasileño, sólo hay otros dos indiscutibles entre los recién llegados: Imanol -sin competencia durante muchas semanas por la lesión de Ríos Reina- y Luca Zidane, tercer portero fichado a ultima hora pero que ha tomado la delantera a Yoel y Cantero.

BACHE PROFUNDO

Son muchas más las novedades en el Alavés, empezando por un Luis García Plaza que ha insistido desde el primer día en despegarse la etiqueta de favorito al ascenso que se coloca siempre a los recién descendidos. Algo sabe sobre lo duro de la categoría de la que sacó al Mallorca hace año y medio.

El técnico ha tenido que construir un equipo partiendo de una plantilla repleta de caras nuevas, que ha perdido a la mayoría de sus principales puntales y en la que se notan las limitaciones económicas con las que ha habido que suplirlos. Pese a eso y pese a la inercia negativa que, en mayor o menor medida, suele afectar a los equipos que llegan de Primera, el Alavés empezó la temporada con paso firme. Dos victorias, ocho jornadas de imbatibilidad, las buenas prestaciones de Salva Sevilla, Sivera o Guridi cuando se recuperó, la seguridad creciente que el equipo mostraba en el césped... le llevaron al ascenso directo y hasta al liderato, que ocupaba hace apenas 23 días.

Pero diciembre ha resultado letal para un Alavés que no tiene un goleador de referencia -todo el trabajo de Miguel, indiscutible, sólo se ha traducido en cuatro goles- y, sobre todo, se ha quebrado en defensa. Ocho goles ha encajado en los cuatro últimos partidos, todos ellos saldados con derrota, y es el equipo más goleado de los seis primeros clasificados. Un bache que le ha descabalgado de la cabeza para llevarle al play-off y generar muchas incertidumbres y una gran certeza: tiene mucho trabajo que hacer si quiere acabar la temporada cumpliendo su objetivo.