Natxo MATXIN
Elkarrizketa
mikel azcona
Campeón mundial de Turismos WTCR

«No hemos tenido ningún fallo mecánico en todo el año»

A finales del pasado mes de noviembre, el piloto Mikel Azcona (Faltzes, 1996) se proclamó por primera vez campeón mundial con su Hyundai Elantra N-TCR en la modalidad de Turismos WTCR (combustión), título que dedicó a su madre, recientemente fallecida.

(Jagoba MANTEROLA | FOKU)

A sus 26 años, Mikel Azcona ha llegado a lo más alto en su cuarta temporada en el Mundial de Turismos, después de ser el más regular en una competición que constó de ocho pruebas por diferentes circuitos de Europa y Asia. Su reto para el próximo año es lograrlo también en la modalidad eléctrica.

¿Llegó a imaginarse que alguna vez podría convertirse en campeón del mundo?

Obviamente, desde pequeño era mi sueño. Cuando empiezas pilotando karts, quieres ser campeón del mundo de Fórmula Uno. Después maduras y te das cuenta de que es prácticamente imposible llegar a esa especialidad. Ya de por sí fue muy complicado entrar en el Mundial de Turismos en 2019, pero cuando lo hice, el objetivo era ir subiendo peldaños hasta ascender al cajón más alto. Sabía que, después de tres años y con el cambio de escudería, se podía dar este éxito.

¿Tan importante ha sido recalar en Hyundai?

Sí, ha resultado clave. He tenido la suerte de que un equipo competitivo y muy profesional se haya interesado por mí y no me lo tuve que pensar demasiado. Eso no significa que ya vayas a ganar el Mundial, pero sí que te ayuda mucho una marca que tiene a los mejores profesionales, ingenieros y mecánicos, además de que está constantemente entrenando e innovando.

Y eso se tradujo en resultados...

No hemos tenido ningún fallo mecánico en todo el año, lo que nos ha permitido luchar por las primeras posiciones, pero también ser muy regulares en aquellos circuitos donde no éramos tan competitivos, sumando puntos siempre. Fuimos los que más carreras ganamos, pero no terminamos ninguna con cero puntos, eso ha sido la clave del título.

¿Cuándo se hizo a la idea de que podía lograr el título?

A mitad de temporada, en la prueba que gané en Alcañiz, lo que me permitió meterle más diferencia al segundo, a falta de solo cuatro fines de semana. Un colchón que se amplió todavía más después del verano, a la espera de las dos últimas carreras en Bahrein y Jeddah. Hubo nervios y cierta presión, especialmente en la penúltima, pues entró a participar el hermano del segundo clasificado para intentar ayudarle, con lo que entrañaba cierto riesgo, pero todo salió perfecto.

Le habrá ayudado el hecho de trabajar con pilotos muy veteranos, de cara a mejorar su rendimiento, ¿cómo fue esa experiencia?

Muy buena, me ha servido para evolucionar en positivo, a base de trabajar mucho, que es como mejor se aprende. En estos cuatro años he aprendido de los rifi-rrafes que se producen en pista, porque llegas como novato y tienes que competir con rivales que llevan 15 años en el campeonato. No te dejan que les maree un chaval de 22 que acaba de aterrizar.

¿Cuánto trabajo y sacrificio hay detrás de este éxito?

Pues toda una vida, porque a los seis comencé a pilotar, pero con 3-4 ya acompañábamos en familia a los circuitos a mi hermano mayor, al que le limpiaba el kart. Llevo ya veinte años dedicándome a esto y es cierto que tiene su parte de sacrificio, pero cuando haces algo con mucha pasión y es tu sueño, pues resulta más llevadero. Sí que es cierto que los comienzos son más difíciles, hasta que empiezas a recoger los frutos, y que necesitas una cierta dosis de fortuna, pero me siento muy afortunado por estar donde estoy y porque mis padres me han apoyado desde pequeño.

¿De dónde le viene esa afición por pilotar?

De mi padre, que fue camionero y siempre ha tenido el gusanillo del motor, lo que le llevó a comprarse un kart, aunque no llegó a competir. Con seis años, nos transmitió esa afición y también nos compró a cada uno a mi hermano y a mí, con lo que pasábamos con mi madre en familia el fin de semana en los circuitos. Ahí nació nuestra rama del automovilismo, porque no tenemos familiares que hayan sido pilotos, ni nada parecido.

Hace ocho años estuvo a punto de dejar la competición por el importante costo económico que tenía. ¿Qué se produjo para que siguiera corriendo?

En ese momento, los gastos comenzaron a ser importantes y con nuestros recursos familiares no podíamos permitirnos, por ejemplo, participar una temporada en una Copa Clío, donde el presupuesto ya comienza a ser elevado. Entonces, un buen amigo de mi padre, Joaquín Rodrigo, que también participaba en dicha competición, nos cedió su coche. Corrí la primera carrera del Campeonato de Europa en Alcañiz, con treinta y pico pilotos en pista, y quedé tercero. Fue un chute de moral para continuar y, haciendo encaje de bolillos por parte de mis padres y alguna empresa que nos patrocinó, logramos finalizar la temporada y acabar subcampeones continentales. A partir de ahí, pues hemos seguido creciendo.

Que un chico de un pueblo relativamente pequeño como Faltzes haya llegado tan alto resulta curioso y ejemplar…

Me lo dice bastante gente y yo mismo también me lo pregunto a veces, sobre todo cuando estoy por ahí compitiendo contra gente tan importante. Pero eso me enorgullece mucho, no perder las raíces y estar representando a mi pueblo por todo el mundo. Creo que a las falcesinas y falcesinos también les hace ilusión.

Entiendo que sí, a la vista del recibimiento y la celebración que tuvo...

Fue una alegría inmensa, muy emocionante el que todo el pueblo te esté esperando, después de estar muchos días fuera de tu casa. Me siento muy querido y valorado, desde crío me conoce todo el pueblo y han ido siguiendo mis pasos, apoyándome en todo momento, desde el Ayuntamiento o colocando un poster mío en los bares. Llegar aquí tras ganar un Mundial fue algo único.

Le dedicó el título a su madre...

Como yo, siempre fue una luchadora y trabajó mucho para que llegara a donde estoy. Siempre hemos estado super unidos y esto ha sido labor de toda la familia. Soy lo que soy gracias a los valores que me inculcaron mis padres y a que me transmitieron la afición por el automovilismo.

¿Cuál es su próximo reto?

Revalidar el título del Mundial de Turismos en su versión de combustión (WTCR) y también conseguirlo en la variante de coches eléctricos (ETCR), en la que ya competí el año pasado. Esta última lleva dos años activa y va a ser el futuro, por lo que me haría mucha ilusión ganarla. Hyundai ha construido un modelo nuevo con el que creo que vamos a ser más competitivos.

¿Y es muy diferente la forma de conducir un vehículo de combustión respecto a un eléctrico?

Totalmente, porque las características de los coches son muy diferentes. El eléctrico tiene el doble de caballos de potencia, es tracción trasera y pesa 1.850 kilos, 550 más que uno de combustión. Todo eso implica que las inercias sean más acentuadas y que se necesite más metros para frenar, además de que la aceleración es mucho más agresiva al ser instantánea, con lo que se cogen velocidades increíbles. A nivel de piloto, hay que cambiar el chip de manera radical, a la hora de trazar las curvas y frenar, por poner dos ejemplos. Es un reto interesante que en un mismo fin de semana te tengas que subir a dos coches completamente diferentes y tengas que ir al límite en cada vuelta.